En medio de la crisis sanitaria que vive nuestro país, los jóvenes de la ciudad se organizan a través de la Pastoral Juvenil de sus parroquias, para seguir evangelizando a través del servicio, acompañamiento y ayuda a los más necesitados.
Este miércoles 12 de agosto se celebra el Día Internacional de la Juventud, una fecha que nos recuerda la importancia de dar voz a las futuras generaciones y el valor de su presencia dentro de la sociedad.
Como Iglesia, estamos llamados a reconocer el aporte de los jóvenes en la construcción de la vida comunitaria y parroquial, ofreciendo su tiempo y organizándose para llevar esperanza en medio de la pandemia. Conoce aquí sus testimonios.
Tomás Soto: «Ver en el otro a Jesús».
Tomás Soto es miembro de la Pastoral Juvenil de la Parroquia San Pedro, en Chorrillos. A raíz de la crisis sanitaria, su comunidad se ha organizado para preparar canastas de víveres y compartirlas con las familias más afectadas. Para ello, los jóvenes han participado de continuas reuniones y actividades que les permitan recaudar fondos.
Ésta es una experiencia que me reconforta mucho, que me enseña a ver en el otro a Jesús, reconocer que todos somos hermanos y que debemos trabajar en conjunto para que todos estemos bien, por el bien común
Declaró Tomás a la Oficina de Prensa del Arzobispado de Lima
Gracias al espíritu creativo de los jóvenes, la Parroquia San Pedro continúa realizando diferentes actividades, capacitaciones y eventos virtuales que fortalecen la vida comunitaria de todos los laicos. Como bien dice Tomás: «a pesar de los malos momentos, debemos trabajar en conjunto para que todos estemos bien».
Rocío Aranda: «nuevas maneras de llevar a Jesús a los más necesitados».
En el distrito de Surco vive Rocío Aranda, ella participa en la Parroquia Santiago Apóstol como coordinadora de la Pastoral Juvenil y del Coro de Niños San Nicolás de Bari.
Rocío afirma que su comunidad ha tenido que ‘reiventarse’ para seguir evangelizando: “usamos las herramientas tecnológicas para llevar a Cristo a nuestros jóvenes y a las familias. Las cadenas de misericordia, rosarios y testimonios de vida, así como las formaciones espirituales, son ahora nuestra arma más importante para llevar a Jesús a los jóvenes que necesitan de Dios en estos tiempos tan difíciles”, añadió.
Gracias al apoyo de Cáritas Lima y las comunidades parroquiales, los jóvenes han logrado apoyar a alrededor de 200 familias con la entrega de canastas de víveres y productos de primera necesidad.
Rocío quiso despedirse de nosotros enviando un mensaje a todos los jóvenes limeños:
En el Día Mundial de la Juventud, hacemos un llamado a todos los jóvenes de nuestra Arquidiócesis a decir sí a Cristo, sí a María. No se desanimen, no pierdan la fe, Cristo es nuestra fuerza, y de la mano de nuestra mamita Virgen María, saldremos adelante. Recuerden las palabras del Papa Francisco: «la Iglesia necesita personas que, animadas por la fe, sepan comprometer su vida en la evangelización del mundo».
Reflexión final:
Los jóvenes son ‘el ahora de Dios’, como dice el Papa Francisco, y queremos unirnos a ellos en permanente diálogo para encontrar soluciones creativas y audaces, para edificar una Iglesia flexible, sinodal, y renovada desde el corazón de la juventud soñadora.
Desde el Arzobispado de Lima, agradecemos el servicio gratuito, voluntario y anónimo de todos los jóvenes de nuestra Arquidiócesis, especialmente de aquellos que son una luz de esperanza en el resurgimiento de la humanidad.