Rosa de Lima, mujer laica que desarrolló una sensibilidad a favor de los indios y negros, se identificó con los cristos azotados del Perú en el contexto histórico de una sociedad frívola enriquecida hasta el hartazgo producto de la explotación. Esta es la figura de una mujer inteligente y valiente que defendió la dignidad de los más pobres:
Para hablar de Rosa conviene que entendamos el siglo en el que vivió (XVII). Lima gozaba de grandes beneficios derivados de la explotación minera. Las ambiciones personales, el despilfarro sin sentido y la injusticia se imponían a costa del sufrimiento de los pobres, especialmente de la población india de todo el país.
🌹 Lima en tiempos de frivolidad e indiferencia.
¿Qué había ocurrido? Había acontecido una crisis producto de situaciones muy graves que le tocó vivir. Por este tiempo, las ambiciones pecuniarias de los españoles y criollos conllevaron a que se cometan graves injusticias, sometiendo a pueblos indígenas a largos males, confiscando sus tierras, y pretendiendo la perpetuidad de la propiedad indígena. Los hicieron trabajar en sus haciendas y los obligaron al trabajo forzado de las minas.
Lima era una sociedad «rica hasta el hartazgo», según comenta el Arzobispo de Lima Carlos Castillo en su artículo «Rosa de Lima: entre el enraizamiento y el misticimo»; sin otro propósito que la riqueza por la riqueza, ausente de sentido, «especialmente de sentido humano con las poblaciones indias y negras».
🌹 Defendió a los indios en su vida cotidiana.
Ante esta dificultad, Rosa decidió hacer experiencia y aceptó vivir su condición de criolla «con ojos y corazón abiertos e interpelados por los pobres indios y negros, en quienes percibió la presencia de su amado Esposo Jesús». Así, Rosa «encarnó una defensa de los indios en su vida cotidiana y en su religiosidad, promoviendo una forma de inculturación del evangelio que dura hasta hoy».
Rosa desarrolló una sensibilidad de mujer laica, criolla y creyente desde su ser, siendo consciente de lo que acontecía en el contexto limeño.
Uno de los sectores limeños más golpeados fueron las mujeres, que ya desde antes, en el siglo XVI «habían sido prohibidas de usar saya y manto –las tapadas– y en varias oportunidades, en el siglo XVII fueron humilladas con muy diversos maltratos».
🌹 La santidad profunda de Rosa de Lima.
Rosa se dejó interrogar por las circunstancias en medio de las cuales agudiza su vivir en enamoramiento pleno. Por eso, profundizó una religiosidad muy ritual que muchas veces huía de los problemas, Rosa la completó sirviendo a los enfermos con amor y caridad al prójimo.
Inspirada por la Virgen María decidió vivir en una comunidad cristiana como laica, y no en un convento, separada del mundo. El objetivo de Rosa era servir a los más necesitados para mostrar el rostro servidor de Cristo en un mundo de injusticia y maltrato. Por eso decimos que se «identificó hondamente con los cristos azotados del Perú».
🌹 Humanizar el evangelio sirviendo a los pobres.
Los pobres y pecadores son el centro de la vida de Rosa de Lima, quien mantuvo la seriedad, la alegría y la prudencia del amor cristiano. Ella veía el amor gratuito de Jesús en la cruz, y se unió en carne propia a la realidad sufriente de los indios, lo que inspiró una entrega generosa para ser como él.
Murió la noche del 23 de agosto de 1617 sólo después de haber renovado sus votos religiosos, repitiendo varias veces: «¡Jesús, que estés siempre conmigo!». En 1668, Rosa fue beatificada por el Papa Clemente IX y canonizada tres años más tarde.
Dato curioso: Rosa de Lima la primera Santa canonizada del Nuevo Mundo y es la patrona del Perú, de América, de las Indias y de Filipinas.