Recientemente, el Padre Luis Sarmiento se despidió de la Parroquia Santuario Nuestra Señora de Guadalupe, en el distrito de La Victoria, para asumir una nueva misión, esta vez como rector del Seminario Santo Toribio de Mogrovejo.
«Yo no fui escogido de una casta, simplemente fui escogido por Dios de una realidad concreta, el Señor me llama, me ordena sacerdote para trabajar en esa realidad concreta, y todos los que pasamos por el Seminario fuimos llamados para ser pastores en medio del pueblo. No se puede entender el sacerdocio de otra manera», cuenta el Padre Sarmiento a la Oficina de Prensa del Arzobispado de Lima.
Con más de 20 años de sacerdocio, Luis Sarmiento nos explica que el Seminario no es ajeno a su vida: «son siete años formándome, cuatro años después con la formación en el propedéutico, y ahora estoy como en mi tercera temporada. Conozco el Seminario, conozco su historia porque he caminado aquí. He aprendido en el Seminario que las capacidades que no tengas, el Señor te las pone de una u otra manera», añadió.
Formar pastores que caminen con la gente.
Para el Padre Sarmiento, la cercanía con la gente es fundamental en la formación de un sacerdote: «como dice el Papa Francisco, tenemos que formar pastores que huelan a oveja, que puedan tomar conciencia de lo que significa caminar con los demás».
El Evangelio nos permite ver la actitud de Jesús de estar con la gente, de curar, de sanar, incluso lo critican, pero Él no está buscando cómo fortalecer su imagen pública, vive el tiempo formando, ayudando y acompañando.
Un tiempo para abrirnos a la generosidad.
Por otro lado, Luis Sarmiento indicó que la pandemia no sólo ha demostrado nuestra fragilidad, también «ha puesto al descubierto lo que nos toca hacer, entonces, creo que este camino ha sido un tiempo para descubrir cómo somos, para abrirnos a la generosidad, para vivir esa libertad de ser hijos de Dios, y sobre todo, en esa sencillez que necesitamos vivir los curas».
Los hombres y mujeres de nuestra patria necesitan una Iglesia que los acoja, los acepte y los reciba. La Iglesia abre las puertas para eso, porque Cristo lo hizo, y el Evangelio nos enseña que Dios está en la cotidianidad, es en la cotidianidad donde habla y cura, y nos hemos olvidado de eso.
El Padre Sarmiento recordó que la acción de Dios «no se limita a un espacio pequeño, se abre, tiene que ser así, y eso vamos aprendiendo; el mismo mundo, la vida y ahora la pandemia, nos ha enseñado eso».
«¿Qué es lo que esperan del nuevo rector? Simplemente recen por él, para que pueda hacer las cosas bien, para que trate de hacer la voluntad de Dios en todo momento», precisó.