El Obispo Auxiliar de Lima, Mons. Ricardo Rodríguez presidió la santa misa en la Basílica Catedral de Lima en el Domingo XIX del Tiempo Ordinario.
«En el evangelio de hoy (Lucas 12,32-48), Jesucristo dice: “no temas, pequeño rebaño, no tengas miedo” Pero Jesucristo no se refiere solo al miedo que puede estar referido a alguna circunstancia de peligro o de sobresalto, Cristo está hablando también de las circunstancias internas y de aquellas que quizás no vislumbramos todavía hoy», comentó.
“Cristo comienza así porque nos advierte, nos advierte no frente a esos peligros externos que alguno podría decir, no; Cristo nos advierte de lo interior, del desánimo, de la desesperanza, del cansancio interior.”
Donde esté tu corazón, ahí está tu tesoro
En otro momento de su homilía, el obispo resaltó que el Señor nos pide que cuidemos de no almacenar “cuidar de no poner tu corazón en cosas que pasan”, cosas del momento que “quizás hoy son importantes, pero pasan”.
“Dale a cada situación de tu vida el valor y el peso que deben tener, el trabajo, incluso la recreación, la familia, todo aquello que hoy constituye parte de tu vida es importante pero no le des más peso que el que tiene», indicó.
«Donde está tu corazón, ahí está tu tesoro – insistió – si tu corazón está en Dios todo lo demás no pierde sentido, al contrario, si tu corazón está en Dios todo lo demás tendrá el verdadero y auténtico sentido que debe tener».
Buscar tesoros que no puedan robarte
“A la altura de la edad que ya tenemos muchos de nosotros, uno se puede preguntar: ¿Qué he logrado hasta hoy? ¿Quién soy? ¿Quién soy a estas alturas de mi vida? ¿Cómo me he ido constituyendo como persona? ¿Dónde está mi corazón? ¿En qué gira todo mi ser hoy en día?”, reflexionó Monseñor Ricardo.
“Cristo dice: mira, cuidado porque tú debes preocuparte por bienes, por tesoros que nadie pueda robar, busca tesoros que un ladrón no pueda robarte, algo que nadie te pueda arrancar y por eso es que una vez alguien decía: “nadie podrá quitarme la fe que tengo” porque había trabajado de tal manera en su existencia, en su cercanía a Dios que había logrado un sentido de pertenencia, de identificarse con Dios», acotó.
Nuestra esperanza debe ser activa
“El Señor nos mueve a trabajar en la esperanza, pero una esperanza activa, es decir, haciendo algo; hay gente que puede cruzarse de brazos en una falsa e irresponsable confianza en Dios: “Dios lo va arreglar”, “Dios proveerá”, “yo se lo pongo en manos de Dios”, “Dios lo va a solucionar” pero hay algo muy claro, Dios no va a hacer lo que te toque hacer a ti”, continuó Monseñor.
Es por ello que es importante que el creyente no solo confiemos en Dios, “sino se mire a sí mismo y diga:¿Qué parte me toca a mí? ¿Qué parte de esto es responsabilidad mía? Muchos de nosotros todavía no sabemos lo que nos toca hacer, y es muy peligroso porque cuando tú no sabes quién eres, cuando tú no sabes lo que te toca hacer, haces cosas que le tocan al otro o quizás nadie hace lo que a ti te corresponde y nos perdemos».
El sentido de nuestra misión
El Obispo Auxiliar de Lima instó a la comunidad presente a renovar nuestra identidad cristiana: “renovemos nuestra identidad cristiana, hoy les pido eso, no solamente pensemos ¿Quién soy? ¿Cómo va mi fe? No, también revisemos ¿Cuál es mi misión? ¿Cuál es mi tarea? Hoy el Señor te dice eso: “Siervos que hagan lo que les toca hacer” dice el Señor, pero tengo que hacer lo que me corresponde, ese es el llamado que Dios nos hace hoy”.
“Si cada peruano hace lo que lo que le corresponde de manera seria y responsable, creo que podríamos mejorar mucho nuestra sociedad, creo que podríamos avanzar mucho si cada quien asume sus responsabilidades de manera clara, concreta y directa”, concluyó.