La Oficina de Prensa del Arzobispado de Lima recogió algunos testimonios sobre el histórico encuentro virtual que mantuvieron más de 100 sacerdotes de la Arquidiócesis de Lima durante el primer retiro ‘en línea’ del Clero.
La semana pasada el Clero de Lima participó en el primer retiro ‘en línea’, una experiencia que convocó a más de 100 sacerdotes de nuestras diócesis para meditar sobre la dura realidad que vive nuestro país a causa de la expansión del Covid-19, y la acción que debe tomar la Iglesia durante y después de la pandemia.
«Un retiro siempre es una invitación a compartir la interiorización del predicador – declara el Padre Luis Sarmiento, uno de los participantes de la videoconferencia del pasado miércoles 20 de mayo – la Palabra de Dios nos recuerda su presencia y valor, y nos pone en camino, en medio de estas circunstancias, para hacer más viva y fraterna nuestra Iglesia incluso con los templos vacíos».
Carlos Cardó: los desafíos de la Iglesia están ‘fuera’ de ella misma, en el mundo
El predicador de este Retiro del Clero ‘en línea’ fue el Padre Carlos Cardó Franco S.J., quien expuso el tema ‘El año de la pandemia: Perspectivas y desafíos que abre’, una amplia reflexión que nos recuerda la importancia de las experiencias personales y colectivas que se han ido viviendo en este tiempo – «tenerlas presentes es fundamental para enfrentar los desafíos futuros» explica el Padre Cardó.
«Los verdaderos desafíos y la fidelidad de la Iglesia a Jesús y al Evangelio están fuera de ella misma, en el mundo, donde la gente sufre, donde más nos necesitan. Todo debe llevar a reforzar la presencia de la Iglesia en los sectores más necesitados, en aquellos que han estado más desprotegidos y carentes de recursos para mantener la salud y seguir con vida», expresa Carlos Cardó.
El discernimiento del signo de este tiempo nos hace repensar el modo en que nos relacionamos entre nosotros, con la naturaleza y con Dios. La pandemia revela la naturaleza humana auténtica: que somos seres en relación y mutua dependencia, que necesitamos cuidarnos a nosotros mismos, a los otros y a la naturaleza, y que somos seres espirituales, abiertos siempre al misterio del Amor poderoso y salvador que lo sostiene y gobierna todo.
Iglesia en tiempo de post-pandemia a la luz del Evangelio y de la realidad
El Padre Luigui Nilton Norabuena, otro de los participantes en el Retiro del Clero online, indicó que este encuentro por videollamada ha sido una ocasión propicia «para encontrarnos como hermanos sacerdotes y alimentarnos de la Palabra de Dios. Hemos meditado sobre la acción de la Iglesia en tiempo de post pandemia, a la luz del Papa Francisco, mirando la realidad que vive el mundo, y podemos decir que nada será como antes, el Covid-19 ha desafiado todo y estamos llamados a una conversión humana y ecológica» – subrayó.
Nuestras pastorales tienen que adecuarse a una nueva circunstancia, y es momento también de repensar a la luz de esta realidad, nuestro propio ministerio de servicio, dar mayor importancia a la presencia de los laicos en la Iglesia, cuidar de los más desposeídos, y redescubrir la importancia de la Palabra en la vida familiar, manifestación clara de la acción del Espíritu Santo hoy.
Por su parte, el Padre Víctor Antonio Solis destacó que el retiro en línea fue una «expresión de la comunión del clero limeño, una clara motivación para dejarnos instruir por la Palabra de Dios, hacer lectura del tiempo presente, y asumir la realidad actual en oración y con verdadera disposición de servicio al prójimo».
Recuperar la centralidad de la Palabra en la vida de la Iglesia y en la vida cotidiana
Para el Padre Carlos Cardó, la Pastoral de la Iglesia debe asumir el desafío de «desentrañar el gran reto que la pandemia plantea» como la imposibilidad física de administrar los sacramentos y las misas a puertas cerradas difundidas por redes sociales: «esto nos ha hecho apreciar que Dios puede hacerse presente de múltiples maneras, que antes eran relativizadas y puestas en duda» – agregó.
Más allá del templo, hay que recuperar la centralidad de la Palabra en la vida de la Iglesia y en la vida cotidiana de los fieles. Con el Papa Francisco que propone también ‘Un Pacto Educativo Global’, podemos reavivar el compromiso por y con las jóvenes generaciones; pensar en una educación abierta, capaz de la escucha, diálogo y mutua comprensión; animar procesos formativos formales e informales en todas nuestras parroquias, congregaciones, movimientos y asociaciones, que están llamados a ser verdaderas comunidades formativas.
«Me he sentido muy agradecido por la oportunidad que se me ha brindado de ayudar en el retiro del clero de la Arquidiócesis – comenta Carlos Cardó – he quedado gratamente impresionado por la disposición de nuestros hermanos sacerdotes a ponerse en oración, para buscar juntos lo que quiere el Señor de nosotros, un verdadero tiempo oportuno y de gracia ‘para remar a aguas más profundas’ en un mundo que está cambiando radicalmente ante nuestros ojos».