Este sábado 20 de abril, nuestras comunidades parroquiales, obispos, representantes de EPAP Y CPP, comisiones y agentes pastorales, se congregaron en la Basílica Catedral de Lima para participar de una nueva asamblea sinodal arquidiocesana. El objetivo: preparar el aporte de la Iglesia de Lima para el Sínodo de la Sinodalidad. Este documento se sumará al aporte de las diócesis hermanas de nuestro país.
Monseñor Carlos Castillo, arzobispo de Lima, ha convocado a los principales representantes de la Iglesia de Lima (comisiones, vicarías, laicos, clero y obispos), a participar en una asamblea extraordinaria con la finalidad de recoger los aportes de nuestra Arquidiócesis para la Segunda Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, prevista a realizarse en octubre de 2024.
El propósito de este encuentro ha sido reflexionar comunitariamente una pregunta formulada por el Papa Francisco: ¿Cómo ser una Iglesia sinodal en misión en nuestra Arquidiócesis?, enviado a través de la Secretaría General del Sínodo a todas las diócesis del mundo.
El desarrollo de esta pregunta, ha explicado Monseñor Castillo, es también una oportunidad para «hacer una revisión de nuestro camino y de mejor diseño del futuro sinodal y misionero de la Iglesia de Lima».
En su intervención, el arzobispo de Lima reiteró el llamado que tiene la Iglesia de «escuchar el sentir del pueblo» y acompañar al mundo para resolver, «desde nuestro aporte propio como Iglesia, la profunda crisis humana que existe», sin tomar posiciones partidarias.
Necesitamos vivir la Iglesia en una forma tal que no dejemos de acompañar al mundo en sus avatares y dificultades.
Dirigiéndose a los más de 100 representantes laicales, sacerdotes y religiosas, el Primado del Perú sostuvo que las experiencias de la primera asamblea arquidiocesana sinodal de Lima, vivida en enero de 2020, nos recuerda que la Iglesia tiene que abrirse a las situaciones que nos interpelan y dejarse transformar para hacer su misión.
Posterior a las palabras introductorias de Monseñor Castillo, se explicó la metodología de trabajo y se conformaron 12 grupos para la reflexión comunitaria. Se organizaron tres rondas de conversación e intercambio de ideas. Finalmente, se elaboró una síntesis y se expusieron las conclusiones de cada grupo.
Al término del plenario, el arzobispo de Lima anunció que se elaborará un documento que recoja todos los aportes compartidos. Esta síntesis se enviará a la Conferencia Episcopal Peruana para unirlo a los esfuerzos de las demás diócesis hermanas.