Monseñor Juan José Salaverry, en la Fiesta de Maria Auxiliadora, nos invita a seguir el ejemplo sinodal de María: viviendo en comunión con Cristo, participando en la vida de la Iglesia y compartiendo la misión de anunciar la Buena Noticia:
«Contemplemos la figura de María Auxiliadora que nos llama a vivir en comunión y en sinodalidad, participando en la construcción de una nueva humanidad. Sigamos las huellas de María y asumamos nuestra misión de ser portadores del Evangelio», reflexionó en su homilía.
Monseñor Salaverry afirmó que, en el día de María Auxiliadora, todos los cristianos «nos confundimos en un solo corazón puestos a los pies de María, tanto autoridades, pastores y laicos». El obispo hizo un llamado a acercarnos a la figura de María, que nos regala su auxilio, pero también «nos exhorta a participar de ese auxilio que nos viene de Dios en la vida de la Iglesia».
Salaverry explicó que debemos aprender a vivir a los pies de María, compartiendo la gracia de Dios como misioneros y reflexionando sobre las tres líneas principales del Sínodo sobre la Sinodalidad: comunión, participación y misión. «María Auxiliadora nos llama la atención para que vivamos en comunión, para que participemos activamente y seamos misioneros de este proyecto de Dios», señaló.
Necesitamos muchos auxilios que nos vienen de la mano de María, pero, para poder recibir estos auxilios, necesitamos construir una sociedad más unida, una Iglesia más unida, una ciudad más unida, donde no imperen los criterios personales, sino la ley del Evangelio que busca el bien de todos.
Comentando el Evangelio de Juan (2:1-11), que narra el milagro en las Bodas de Caná, Monseñor Juan José señaló que María se muestra como gestora de comunión al pedir que su Hijo intervenga para llenar las tinajas de vino que estaban vacías. «A través de este gesto, María nos enseña la necesidad de actuar de una nueva manera, no solamente para alegrar el corazón de los hombres con este vino nuevo, sino para renovar la vida de los creyentes. María Auxiliadora participa en la vida de cada uno de nosotros, regalándonos su auxilio, su protección, intercediendo por nosotros e invitándonos a participar también en la vida y en la misión de la Iglesia», apuntó.
No podemos ser devotos pasivos de María Auxiliadora, esperando que de ella nos vengan la gracia y la intercesión. María siempre está en movimiento, siempre está en disposición de ayudar a su Hijo, a sus hijos, a los necesitados.
Finalmente, dirigiéndose a la comunidad salesiana, Monseñor Salaverry agregó: «Queridos hermanos y hermanas salesianas, ustedes tienen el encargo de mostrar a todos los hombres que estamos asistidos por el auxilio constante de María. Que nuestro pueblo lo siga sintiendo así, y que el Señor regale a la familia salesiana el empuje para seguir viviendo su vocación como hijos de María».
La Celebración Eucarística en honor a María Auxiliadora fue concelebrada por los sacerdotes de la familia salesiana. También estuvieron presentes representantes y religiosas de distintas congregaciones.