La Fiesta universal de Santa Rosa de Lima, patrona de Perú, América y las Filipinas, se celebra el 23 de agosto. Sin embargo, en el Perú, su país natal, su fiesta se celebra el 30 de agosto. Santa Rosa murió un 24 de agosto. La primera santa de América solía decir: “Cuando servimos a los pobres y a los enfermos, servimos a Jesús”. Entrevista al arzobispo de Lima, Mons. Carlos Castillo Mattasoglio, quien dijo que en este tiempo de pandemia, los peruanos se inspiran en el carisma de la santa.
Isabel Flores de Oliva nació en Lima (Perú) el 20 de abril de 1586. En casa comenzaron a llamarla Rosa, por el color rosado de sus mejillas. Al recibir la confirmación, recibió este nombre. La patrona de Perú, tuvo una profunda formación espiritual. En ese proceso, tuvo noticia de la figura de Santa Catalina de Siena, a quien admiraría el resto de su vida. En medio de sus faenas, Rosa dedicaba muchas horas a la oración y a la práctica de la penitencia. Su intenso amor por el Crucificado la llevó a hacer un voto de virginidad. Poco a poco Rosa se abría cada vez más a la dimensión mística y a la contemplación.
Sus salidas se limitaban para ir a misa, o para atender a los enfermos abandonados o a los esclavos maltratados. Mientras atendía a los necesitados, conoció a San Martín de Porres, con quien compartía el mismo afán de asistir los más sufrientes. Ambos santos se hicieron amigos en virtud de la caridad.
Desposorio místico de Santa Rosa.
En 1617, el Domingo de Ramos, ocurrió su “desposorio místico”. Mientras oraba delante de la Virgen del Rosario, el Niño Jesús le dijo: “Rosa de mi Corazón, yo te quiero por esposa”. Ella le respondió: “Señor, aquí tienes a tu inútil esclava; tuya soy y tuya seré para siempre». Hoy, en la Iglesia de Santo Domingo, en el centro de Lima, se conserva la loseta sobre la cual estaba de pie la santa cuando sucedió su desposorio.
Santa Rosa fue laica y no religiosa, una terciaria en la orden de Santo Domingo. Fue canonizada por el Papa Clemente X en 1671 y se convirtió en la primera santa de América. El mismo Pontífice la declaró patrona principal del Nuevo Mundo (América), Filipinas e Indias Occidentales. «Probablemente no ha habido en América un misionero que con sus predicaciones haya logrado más conversiones que las que Rosa de Lima obtuvo con su oración y sus mortificaciones», dijo el Papa Inocencio IX al referirse a ella. En 1992 San Juan Pablo II expresó que la vida sencilla y austera de Santa Rosa de Lima era “testimonio elocuente del papel decisivo que la mujer ha tenido y sigue teniendo en el anuncio del Evangelio”.
El arzobispo de Lima, Mons. Carlos Castillo Mattasoglio recuerda que la vida de Rosa fue dedicada a la “búsqueda del escondite dónde está Jesús”, se había enamorado de Cristo, su vida, dijo el prelado, fue un “constante buscar la cruz del Señor y supo que esa cruz está en el camino de la vida”, dijo el arzobispo.
Devoción a Santa Rosa de Lima.
Cada año, miles de fieles acuden al Santuario de Santa Rosa de Lima para rendir homenaje y dejar su carta en el pozo de los deseos. En el santuario está una iglesia y un convento, fueron construidos en el siglo XVII y XVIII al lado de la casa donde vivió Isabel Flores de Oliva. Fue aquí donde la santa inició sus curaciones milagrosas. El arzobispo de Lima, en entrevista a Vatican News cuenta sobre cómo influyó el carisma de la santa en la devoción de los peruanos por Santa Rosa de Lima, una inspiración que se siente con más fuerza incluso hoy día en tiempos de pandemia.
Las celebraciones de la fiesta dedicada a Santa Rosa de Lima, comienzan desde el lunes 24 de agosto, con momentos de oración, procesiones y santas misa. Este año, por el coronavirus, se realizará el programa en forma virtual. El prelado también explicó las iniciativas que está haciendo la Iglesia, que se llama “Resucita Perú ahora”.