Segunda Carta Pastoral del Arzobispo a la Juventud de Lima

Al llegar la Solemnidad de Cristo Rey, celebrada en Catedral de Lima junto a los jóvenes de nuestra Arquidiócesis, Monseñor Carlos Castillo presentó la «Segunda Carta Pastoral del Arzobispo a la juventud de Lima», fruto de la II Asamblea Juvenil y II Jornada Arquidiocesana de la Juventud (JAJ).

El documento, disponible en formato digital para su libre difusión, anuncia una renovación general en la organización de la Pastoral Juvenil de Lima, que desde ahora centrará sus acciones en la recién constituida «Vicaría de la Juventud de la Arquidiócesis de Lima». (Leer documento completo)

Una nueva etapa ha comenzado en la vida de la Iglesia y de los jóvenes. Y con ello, una segunda carta pastoral acompaña este «paso decisivo de constituir la Vicaría de la Juventud de la Arquidiócesis de Lima» como el «organismo centralizador y promotor de toda la Pastoral Juvenil en sus distintos aspectos».

«Hoy mismo comenzamos la gran tarea de construir, de modo ordenado y sistemático, la Vicaría de la Juventud, establecida mediante Decreto Arzobispal. Por ello, cesan todos los cargos de Pastoral Juvenil tenidos hasta este momento y comenzamos la estructuración de esta Vicaría de la Juventud, que dará solidez, unidad, y múltiple organización a las Pastorales Juveniles en los próximos años», se indica.

La nueva carta pastoral recoge la voz de sus principales actores: los jóvenes. Ellos y ellas han dialogado en constantes asambleas para iniciar un periodo de renovación en la Iglesia Joven, desde una «abundancia de propuestas y aportes sugeridos» que Monseñor Castillo destaca en cuatro claves:

1) La joven María, sus problemas y los de ustedes
2) Las inspiradas actitudes y acción de María.
3) ¿Hacia qué realidades salir presurosos hoy?
4) La gran tarea: la vicaría de la juventud

En el primer punto, el arzobispo profundiza en las actitudes en la juventud de María, tema que también fue desarrollado en la Jornada Mundial de la Juventud celebrado este año en Lisboa: «María se nos muestra toda una jovencita que no se mira a sí misma ni se engríe, y que cuida de Jesús con diligencia, pero sin dejar su solidaridad urgente hacia su prima Isabel», relata el documento.

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Problemas y sufrimientos juveniles

Un apartado especial del documento se centra en los problemas y sufrimientos de los jóvenes que requieren «ser atendidos con urgencia»:

La agresión y la discriminación, especialmente hacia las mujeres; el rechazo hacia los jóvenes y entre jóvenes; problemas psicológicos y de salud mental; falta de comunicación en el hogar; relaciones humanas superficiales entre los jóvenes; adicciones y pobreza juvenil. Pero también han manifestado su preocupación por la «desigualdad social, económica y cultural dentro de nuestro país».

Por otro lado, los jóvenes expresaron sentir «una Iglesia carente de estrategias para llegar a los jóvenes y desinteresada por acercarse a ellos». “Son pocos los lugares para los jóvenes y son restringidos”, “las iglesias muchas veces se les cierran”. “Y si se les abre, existe falta de apertura y participación.”

De allí que ellos acusen una “falta de motivación espiritual” y sientan “tener dificultades para elegir con libertad”, como si, ante la “necesidad de consejería espiritual” (por ejemplo, en las parejas) encontraran una falta de “consejería evangelizadora”.

¿Hacia qué realidades salir presurosos hoy?

Como parte del proceso de escucha vivido en la II Asamblea Juvenil y en la II Jornada Arquidiocesana de la Juventud (JAJ), nuestros jóvenes identificaron los lugares o realidades a los que debemos salir presurosos:

1. Atender a nuestros hermanos y hermanas provenientes de provincias del Perú y a los provenientes de países hermanos, en especial a aquellos que se encuentran en situación de extrema pobreza.

2. Hay dos atenciones a realizar: a) La especial sensibilidad de nuestros jóvenes propia de su generación, b) una mayor dedicacion y fortalecimiento a la familia como núcleo básico de nuestra sociedad. 

3. Mirando la realidad juvenil, atender situaciones como el desempleo, la situación de la calle y los riesgos que ello implica.

Estas reflexiones representan, afirma Monseñor Castillo, una necesidad de «replantear la pastoral educativa en sus niveles escolar y universitario, impulsando el trabajo misionero y voluntario de los jóvenes para los jóvenes».

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La gran tarea: la Vicaría de la Juventud

Esta segunda carta pastoral también nos recuerda que los jóvenes de la Iglesia Arquidiocesana de Lima, motivados por su vocación de servicio, «se han ido levantando y saliendo a diversas experiencias con otros jóvenes en diversos espacios de nuestro pueblo, para anunciar, en nuestra época, el Evangelio de Jesús a los jóvenes».

Considerando la voluntad y el deseo de la juventud limeña, desde hoy comienza «la gran tarea de construir, de modo ordenado y sistemático, la Vicaría de la Juventud». Este es, indica el Primado del Perú, «el mejor modo de implementar eficazmente la carta pastoral».