Tras dos años de Pandemia, las calles de nuestra ciudad se volvieron a teñir de morado para rendir homenaje a la Sagrada imagen de nuestro Señor de los Milagros. En su primer recorrido procesional, el Cristo de Pachacamilla llegó hasta los exteriores del Arzobispado de Lima, donde fue recibido por todos los colaboradores de la institución eclesiástica.
Al llegar al jirón Chancay, la venerada imagen del Cristo Moreno fue recibida con cánticos y alabanzas por los colaboradores del Arzobispado de Lima y sus familiares, quienes le agradecieron por todas las bendiciones recibidas durante los momentos más difíciles de la Pandemia.
De esta manera, Monseñor Guillermo Cornejo, en representación de nuestro arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo, expresó la gran emoción que sentimos todos los peruanos al volver a acompañar al Señor de los Milagros. El obispo auxiliar también agradeció el mensaje y la bendición que envió el Papa Francisco desde Roma.
«Las palabras del Santo Padre deben fortalecernos como país. A pesar de las innumerables muertes de amigos y de familiares por el Covid-19, los que seguimos con vida, damos gracias a Dios en nombre de los que ya no están», reflexionó.
Agradecimiento al personal del Arzobispado de Lima.
Guillermo Cornejo también oró por todas las personas que dedican su tiempo y esfuerzo en la Arquidiócesis de Lima: «Ellos son trabajadores que le ponen amor, cariño y entrega, para sacar adelante nuestro Arzobispado», destacó.
Nuestro obispo auxiliar habló sobre la importancia de continuar unidos pese a las diferencias, siempre pensando en el bien común de nuestro país: «Necesitamos todos estar muy unidos, querernos, amarnos, perdonarnos, disculparnos, fortalecernos, unirnos. Necesitamos que el Perú esté unido, necesitamos que Lima esté unida», dijo.
Durante el homenaje al Señor de los Milagros, personal del Arzobispado de Lima participó con las intenciones y realizó la entrega de arreglos florales.