Nuestra Pastoral Juvenil de Lima vivió una tarde sabatina de oración en la Basílica Catedral de Lima. Reunidos en torno a la Palabra y en compañía de nuestro arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo, jóvenes de distintas parroquias participaron de una noche de reflexión, diálogo y adoración al Santísimo.
Fotos de: Pastoral Juvenil de Lima
En el cierre del mes de la juventud, mes de la familia y la Palabra de Dios, los jóvenes de nuestra Arquidiócesis compartieron espacio de oración a la luz de la Palabra. Guiados por el lema: «Y la Palabra se hizo joven, y habitó entre nosotros», la Catedral de Lima fue acondicionada para crear un ambiente de acogida.
En medio de un gran entusiasmo, los jóvenes participaron entronizando la Palabra de Dios y leyendo el Evangelio (Juan 1, 1-17). En su intervención, Monseñor Castillo explicó que la «Palabra se hizo carne», es decir, se hizo humanidad. Y los jóvenes también son parte de esa carne, como lo son la gente sencilla y las personas pecadores que, a veces, marginamos.
«El mundo es un poema de Dios. Como no solamente hemos sido creados por la Palabra, sino que somos también Palabra, todo en el ser humano depende de la Palabra. Si hay un principio que nos rige a todos es que somos palabras», indicó.
El arzobispo de Lima recordó que el Señor está escondido en nuestra historia y humanidad porque se ha encarnado en el mundo. «Dios ha sembrado su semilla en el mundo, y nosotros somos la voz cantante de la Palabra que vive en nosotros. Y quienes tienen más palabra nueva para decir son los jóvenes».
Y la palabra se hizo joven, porque la hemos visto en Jesús. Él nos ha contado quién es ese Dios, el verdadero Dios, que es amor, sencillez, fidelidad y presencia en nuestras vidas.
Posterior a la explicación del texto bíblico, se dio paso al momento de meditación por grupos. Los jóvenes abordaron las siguientes preguntas: ¿Qué me dice a mi este texto bíblico? ¿Qué oración le puedes dirigir al Señor para describir tu momento de oración?
En este espacio de diálogo, y acompañados de nuestros seminaristas, los jóvenes compartieron sus aportes y crearon una oración inspirada en sus vivencias y reflexiones.
Llegado el momento de la contemplación, cada grupo encendió sus velas y ofreció sus oraciones ante el Santísimo. «Gracias, Señor, por darnos tu Palabra, por ser Tú la luz de nuestra vida. Ayúdanos a aceptar tu Palabra, a tener un corazón apto y preparado para escucharte. Señor, queremos acoger tu Palabra, queremos que seas Tú el conductor de nuestras vidas», manifestó uno de los representantes juveniles.
Entre canciones y momentos de silencio, los grupos continuaron compartiendo sus oraciones: «Señor Jesús, gracias por darnos a conocer tu amor, por guiarnos a través de tu Palabra para hacer tu voluntad. Danos la gracia de un corazón sencillo y humilde para acogerte en nuestra juventud».
«Señor, te agradecemos por permitirnos conocerte mediante tu Palabra, para nosotros ser luz y guiar con fe y esperanza a aquellos que no creen en ti».
Gracias por tu amor hecho Palabra, guíanos en tu camino y muéstranos la luz. Amén.
La tarde sabatina de Oración Juvenil concluyó con un repertorio de canciones y dinámicas lideradas por nuestro hermano Freddy Mori. Monseñor Castillo adelantó que este tipo de encuentros se continuará fomentando a través de nuestra Pastoral Juvenil de Lima.