«La mamá siempre nos hace una falta sin fondo y, por eso, en estos momentos la actitud maternal de servicio, de ayuda, de cuidado de los unos para los otros, es fundamental», expresó Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú durante la Celebración Eucarística que presidió este V Domingo de Pascua, Día de la Madre en nuestro país, en la Basílica Catedral de Lima.
Monseñor Carlos Castillo reflexionó sobre la actitud de Jesús con sus discípulos y que se parece mucho a las «actitudes que nuestra madre tiene con nosotros». En el pasaje de Juan (14,1-12), el Señor explica cómo se puede ver el Reino de Dios: ‘Nacer de lo alto de la cruz de Cristo’, dice Jesús, al mismo tiempo que les anuncia que va a preparar una morada en su casa para sus discípulos:
«Esto es muy bonito porque nuestras mamás nos preparan siempre nuestros cuartos, el hospedaje para el hijo lo hacen con mucha ternura – recuerda el Arzobispo de Lima – Jesús se va para preparar una casa, para que, en la esperanza de ese lugar, puedan salir de la angustia de vivir en la intemperie, y por eso es una fuente de esperanza, es decir, que no se angustien».
Reconocer al Señor en el servicio y en las circunstancias difíciles
El discípulo Tomás expresa la experiencia del cristiano y de la comunidad que está desesperada y que ha perdido el norte: ‘no sabemos a dónde vas ¿Cómo podemos saber el camino? – pregunta. La respuesta que recibe de Jesús es ‘Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie va al Padre sino por mi’
¿Qué nos está diciendo Jesús? Que el dónde y el qué camino seguir es Él, sobre todo en circunstancias difíciles, el Señor está con nosotros porque Él es el camino, la verdad y la vida. Por lo tanto, tenemos que conocer al Señor.
«Uno de los grandes problemas de nuestra fe en nuestro país es que conocemos poco al Señor porque no frecuentamos la lectura de los evangelios – señala Monseñor Castillo – el Papa ha querido insistir en que cada uno todos los días lea los Evangelios para contemplar quién es Jesús, para eso la primera comunidad cristiana nos dejó esas narraciones para ayudarnos a nosotros a comparar con nuestra experiencia, son experiencias contadas que nos ayudan a la experiencia vivida».
El Arzobispo de Lima también precisó que ante la pregunta – ‘¿dónde vamos a reconocer al Señor?’ – debemos prestar atención a los múltiples gestos de Jesús con sus discípulos para reconocerlo a través del servicio: «díganme ustedes si no hemos vivido estos meses la imaginación creadora de la mayoría de los cristianos que están sirviendo a sus hermanos, allí está Jesucristo, ésa es la misa diaria que están viviendo, su entrega generosa al servicio de los demás» – apuntó.
Cuando estamos en situaciones de intemperie, no nos angustiemos, no desesperemos, no lloren porque todavía no se abren los templos, hagan de su vida un templo, el servicio a los demás, porque Jesús fue eso, Él es Dios viviente que sirve y se entrega
Monseñor Castillo llamó a que sepamos actuar vivamente al servicio de los demás – «hoy día uno de esos servicios es no salir de casa porque puedo contagiar – subrayó – estamos comprendiendo que somos Iglesia a pesar de que estamos distanciados, y la Iglesia se construye en el Espíritu Santo que nos ama y que nos hace amar a los demás y servir».
Ante la desesperación, ‘cargar’ con nuestros problemas y tener paciencia
Más adelante, el Arzobispo de Lima se refirió a la actitud apurada del discípulo Felipe por querer ver al Padre: «con eso lo que hay es un apuro desesperado, espasmódico, en donde la persona quiere encontrarse con el Padre directamente y, por lo tanto, inventa un Dios que no existe, porque Dios tiene paciencia, porque Dios reconoce la adversidad de la historia, se mete dentro de ella, la aguanta, la carga y así poco a poco va saliendo».
Jesús no responde con apariciones instantáneas, no hay magia o expresiones como ¡Aplaca tu ira Señor!, no podemos seguir repitiendo cosas como esas en nuestra fe, porque el Señor no tiene ira, el Señor es amor, viene con su Espíritu a nosotros
Por eso, ante la actitud de desesperación por salir de casa en este tiempo de aislamiento social obligatorio, Monseñor Castillo recuerda que debemos «aguantar un poco más» para evitar que sigan pasando más tragedias y pérdidas humanas:
«Hace tantos siglos que somos católicos y todavía no conocemos a nuestro Señor que aguanta, y nosotros estamos desesperados por apurarnos lo más rápido posible, ¿siglos no hemos predicado que hay que tener paciencia? Santa Teresa de Jesús tuvo esa experiencia de la paciencia que es parte de nuestro cargar juntos: ‘Nada te turbe, nada te espante, Dios no se muda, todo se pasa, la paciencia todo lo alcanza, quien Dios tiene no le falta nada solo Dios basta, solo Dios basta’ – dice ella».
Sin partir de la experiencia de Jesús no podemos ver a Dios, a Dios se le ve a través de la experiencia concreta del amor y del servicio, si no, no hay Dios, es un Dios falso, es un ídolo
«Hoy también, el Señor nos da una buena noticia, si actuamos como Él y no nos desesperamos, ni andamos a tientas sino que nos centramos en Jesús y saboreamos hondamente su Palabra y la vivimos como la viven nuestras mamás, entonces haremos obras incluso mayores que Él, ésa es la noticia más linda que nos da el Señor ahora, que podremos hacer cosas más grandes que Jesús», añadió el Arzobispo de Lima.
«Que Dios bendiga a todas nuestras madres que son las primeras en cargar con nosotros, y que aprendamos también de ese amor maternal que es el que Jesús ha transparentado del Padre Dios, que con toda su maternidad nos acompaña y no nos abandona jamás», finalizó.