Se comunica a toda la feligresía católica de la Arquidiócesis de Lima lo siguiente:
- Ante el decreto del Estado de Emergencia Nacional (DS Nro. 044-2020-PCM) el Arzobispado de Lima llama a toda su feligresía a acatar y cumplir fielmente las disposiciones en todo nuestro territorio, con responsabilidad y sentido solidario.
- Pasamos al “aislamiento social”, la mejor manera de impedir la transmisión del virus CO-VID19. Esto supone nuestro recogimiento en casa por un tiempo limitado pero exigente a partir de hoy 16 de marzo. Hay prohibición de salir de casa, acatemos.
- Por este motivo se deben suspender temporalmente:
-Todas las celebraciones litúrgicas y sacramentales públicas, y posponer para después de la emergencia toda celebración pedida previamente.
-Todas las reuniones parroquiales (de grupos pastorales, comunidades, grupos de oración, cofradías, hermandades, y otros similares).
-La atención en el Arzobispado y en todas las oficinas parroquiales. - Debe incentivarse la oración desde la casa, así como las misas televisadas o por las vías virtuales. Oportunamente se comunicarán los horarios por nuestra página web y redes sociales. Debe tratarse de vivir la fe como iglesia doméstica.
- Insistimos en tomar todas las precauciones del “aislamiento social” para evitar el contagio y transmisión del virus.
- Todos los templos y capillas permanecerán completamente cerrados.
- Se mantendrán los teléfonos de las parroquias listos para recibir llamadas de emergencia, en atención a los hermanos o hermanas enfermos; los sacerdotes estarán disponibles con las debidas protecciones (mascarillas adecuadas p.e).
- Para Semana Santa daremos directivas especiales en su momento. En previsión de ella y de antemano, debe evitarse claramente toda aglomeración, por lo que suspenderemos este año procesiones, peregrinaciones, visitas a iglesias, vía crucis y celebraciones masivas, tocamientos y besos de imágenes.
Agradeciendo a todos su fiel acatamiento a estas normas por el bien de todos, oremos junto al Santo Padre Francisco:
Oh María, Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y esperanza.
Confiamos en ti , salud de los enfermos, que junto a la Cruz te asociaste al dolor de Jesús manteniendo firme tu fe.
Tú, Salvación del Pueblo Romano, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús,
que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y se ha cargado con nuestros dolores para llevarnos, a través de la Cruz, al alegría de la Resurrección. Amén.
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No desprecies las oraciones que te dirigimos quienes estamos en la prueba, mas bien líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!
16 de marzo de 2020