Ordenación de diáconos dominicos al servicio de la Iglesia

«Predicar, contemplar y anunciar, esa es la misión central de todo dominico, y mucho más la misión de un diácono dominico», fueron las palabras del Arzobispo de Lima Carlos Castillo durante la ordenación de los dos nuevos diáconos dominicos: Fray Daniel Rubén Medina Guzmán, OP. y Fray Lito Leonel Elera Guerrero, OP.

«En esa contemplación que centralmente caracteriza a todos los que luego predican y anuncian el evangelio, la profundidad del camino sacerdotal con este diaconado transitorio que nuestros hermanos van a realizar, significa una experiencia a la vez profundamente contemplativa y evangelizadora», continuó.

Contemplar al Señor desde la realidad

Cuando Jesús predicaba todos se preguntaban ¿De dónde le ha salido esto si no ha estudiado? Sus palabras surgen de la «capacidad de transparentar a Dios, contemplar y ser fiel a su Padre».

El aprendizaje del Señor viene de lo que «ha estudiado en una intimidad profunda con el Padre. Solo así podemos ser transmisores, y eso pasó con Catalina de Siena y Rosa de  Lima, eran enormemente intimantes con el Padre».

Rosa contemplaba siempre a Cristo «en el rostro de los indios y la gente sencilla que vivía situaciones muy difíciles». Catalina, enterada de los problemas reales, tuvo «la fuerza de levantar la voz ante el conflicto del Conciliarismo de Pisa y poner en orden a la Iglesia por la palabra clara», y desde la contemplación hizo que «la Iglesia cambiara y reorganizara».

Bartolomé de las Casas, por su parte, «nos dejó la contemplación de Jesús en el rostro de los indios flagelados de este mundo, de esta América que tenía tantos problemas, para cambiar la historia de este continente que todavía tiene una deuda con todos aquellos Cristos flagelados».

Por lo tanto, en la contemplación del predicador se puede anunciar el evangelio con la palabra.

Sin evangelización no hay nada

«Muchachos, ustedes van a ir a la selva ahora. Quisiera hoy que se llenen de este espíritu contemplativo y aprovechen este tiempo de su diaconado para contemplar hondamente al Señor en esas culturas nuevas que van a encontrar», se dirigió el Arzobispo de Lima a los diáconos dominicos.

«Antes de entrar al seminario me fui a vivir cinco años a Cerro de Pasco, y les digo que nunca me voy a arrepentir de haber hecho algo así.  Por eso, me parece excelente que antes de su ordenación sacerdotal vayan a Madre de Dios, y en el corazón de la selva comulguen con la gente y sus problemas, vean todos los matices y dificultades que se viven, y contemplen al Señor que les habla a través de ellos», añadió.

Que esta misión en la selva sea motivo para que ustedes puedan predicar y anunciar el evangelio con esa fuerza que tuvo Catalina de Siena, Rosa de Lima y Bartolomé de las Casas, y que deben tener siempre los dominicos, porque sin evangelización no hay nada.

«Por eso hoy que serán ordenados, les pido que caminen el camino de esa luz que es generación del amor de Dios, y simultáneamente es la luz que usan los que sufren para salir adelante en la vida», agregó Monseñor Castillo.

«Que Dios los bendiga y bendiga toda la obra dominica en el Perú, para que podamos vivir un camino evangelizador lleno de vida, un camino de servicio al anuncio de la Palabra y a la contemplación del Señor», concluyó.