Este domingo 09 de junio la Iglesia celebró la Solemnidad de Pentecostés en la Catedral de Lima con la participación de jóvenes de distintas parroquias de la arquidiócesis. Presidió la Santa Misa el Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Mons. Carlos Castillo. También estuvo presente el padre Jesús Mendoza, Vicario Episcopal de la Juventud.
«Hoy celebramos la fiesta de Pentecostés que, de no haber acontecido, la Iglesia tampoco hubiera existido. Cuando Jesús sube al cielo se abraza con el Padre porque ha cumplido una misión: mostrar a la humanidad que Dios es amor y perdón», comentó.
Es por eso que Dios quiere que todos seamos parte de él, y por tanto, «nos da su espíritu para hacer que poco a poco cada uno de nosotros aprenda a vivir según el amor, y ese camino necesariamente tiene que ser un camino de libertad».
Vivir como cristianos resucitados
Monseñor Castillo recordó las palabras de Francisco en Pentecostés: «estamos llamados a vivir como cristianos resucitados, no como cristianos muertos, no como cristianos que son indiferentes a los problemas de la humanidad, sino a ser transparencia de Dios, a mostrar cómo es nuestro Dios que es amor».
Para vivir como cristianos resucitados necesitamos unirnos, ayudarnos mutuamente a resanar nuestras heridas, y «comprender nuestro proceso de camino poco a poco en la sociedad».
Los jóvenes rejuvenecen la Iglesia
«Hoy hemos querido reunirnos con un pequeño núcleo de jóvenes y agradezco que nos llenen la catedral de juventud, esta catedral vieja y antigua que toma la forma de casa de los jóvenes y renueva la vida de toda la Iglesia grande de Lima rejuveneciéndola», añadió.
El Arzobispo de Lima recordó que Dios está presente en cada persona, «especialmente en cada joven que está suscitando una serie de inquietudes y novedades, sueños, esperanzas y amores».
Jóvenes, ustedes son la salvación de esta Iglesia, porque de sus iniciativas y todos los dones que tienen desarrollados y cultivados con alegría, depende la esperanza de toda nuestra ciudad.
«Es tarea que confiemos en los jóvenes» – agrega – «a partir de hoy, en esta fiesta de Pentecostés, ustedes sean los creadores del nuevo horizonte de vida para los que han de venir, y puedan compartir una Iglesia linda, rejuvenecida y esperanzadora con las demás generaciones».
Paz a ustedes
Cuando el Señor nos dice ‘Paz a ustedes’ lo hace desde el corazón, «desde el medio de nuestros sufrimientos y dificultades. Es una paz comprometida con nosotros en medio de nuestros miedos».
«Donde están todos los jóvenes bailando y saltando por toda la ciudad, ahí tenemos que ir. Donde están los jóvenes que no vienen a la Iglesia, tenemos que estar con ellos y dar testimonio que Dios es amor».
«Demos gracias a Dios porque él no nos olvida, nunca nos olvida, tanto que se ha metido en nosotros y nos ha dado su ser. Que Dios los bendiga, les dé su paz y feliz pascua de pentecostés para todos y todas», concluyó.