Con motivo de la celebración de la Cumbre de Jueces Panamericanos sobre Derechos Sociales y Doctrina Franciscana, el Papa Francisco se dirigió a los jueces durante la ceremonia de clausura.
Se necesita garantizar que la democracia se vea plasmada en acciones concretas que velen por la dignidad de todos sus habitantes bajo la lógica del bien común.
Esta cumbre, a cargo de la pontificia Academia de la Ciencias Sociales, se realizó entre 3 y 4 de junio en el Vaticano, con la presencia de magistrados de toda América, orientados a realizar labores sobre derechos sociales, económicos y culturales de los pueblos. El evento concluyó con la firma de una declaración (ver aquí el documento).
Tierra, techo, trabajo
El objetivo principal de la reunión es encontrar la manera más efectiva para la implementación de las tres “T” que ha propuesto el Santo Padre: Tierra, techo, trabajo. Así como también generar un movimiento mundial encargado de velar por la defensa, sin restricciones, de los derechos sociales fundamentales de la humanidad.
Al finalizar el cónclave, el Papa alentó a los jueces a seguir con su labor “noble y pesada” y los invito a no desfallecer en la búsqueda del bien común y a defender los derechos de las personas, especialmente las más necesitadas.
«De esta manera ustedes ayudan a que los Estados no renuncien a su más excelsa y primaria función: hacerse cargo del bien común de su pueblo», mencionó Francisco.
La injusticia genera violencia
“La injusticia y la falta de oportunidades tangibles y concretas detrás de tanto análisis incapaz de ponerse en los pies del otro – y no digo zapatos, porque en muchos casos esas personas no tienen-, es también una forma de generar violencia: silenciosa, pero violencia al fin”, aseguró Francisco en el discurso de clausura de la cumbre.
Además, se mostró preocupado por el poco valor que algunos sectores le están dando a los derechos sociales fundamentales: «Nos toca vivir una etapa histórica de cambios en donde se pone en juego el alma de nuestros pueblos. Un tiempo de crisis -de peligros y oportunidades- en la que se verifica una paradoja: por un lado, un fenomenal desarrollo normativo, por otro un deterioro en el goce efectivo de los derechos consagrados globalmente», añadió.
Mirar de frente al conflicto
El Sumo Pontífice pidió a todos los jueces que «no caigan prisioneros del mismo ni pierdan horizontes, sino que miren de frente el conflicto, sufriéndolo, resolviéndolo y transformándolo en el eslabón de un nuevo proceso”.
En un mundo de virtualidades, cambios y fragmentación, los Derechos sociales no pueden ser solamente exhortativos o apelativos nominales, sino que han de ser faro y brújula para el camino porque la salud de las instituciones de una sociedad tiene consecuencias en el ambiente y en la calidad de vida humana.
“No tengan miedo de ser protagonistas”
Para concluir, Francisco se dirigió directamente a los jueces del mundo, haciendo un llamado a que puedan ejercer su protagonismo en la transformación del sistema judicial mundial.
“En muchos casos la defensa o priorización de los Derechos sociales sobre otros tipos de intereses, los llevará a enfrentarse no sólo con un sistema injusto sino también con un poderoso sistema comunicacional del poder, que distorsionará frecuentemente el alcance de sus decisiones, pondrá en duda su honestidad y su probidad», agregó.
“No tengan miedo de ser protagonistas en la transformación del sistema judicial basado en el valor, en la justicia y en la primacía de la dignidad de la persona humana sobre cualquier otro tipo de interés o justificación. Permítanme decirles: «Felices los que tienen hambre y sed de justicia; felices los que trabajan por la paz» (Mt 5,6.9)”, concluyó el Santo Padre.