Concluye la III Semana de Formación Bíblica Arquidiocesana 2025 

Se vivió una nueva edición de la Semana de Formación Bíblica en el Instituto Superior de Estudios Teológicos Juan XXIII, en Pueblo Libre, con la participación de más de 500 personas, entre docentes y directivos de ODEC y AIEC Lima, así como agentes pastorales, laicos y religiosos.

En la primera jornada, el P. Juan Bytton Arellano S.J. abordó el tema: “Las Bienaventuranzas (Mt 5,1-12), la restauración social y espiritual del jubileo”. En su intervención, destacó que “Mateo presenta a Jesús como el nuevo Moisés. Y así como Moisés liberó al pueblo de Egipto, recibió la Ley y transmitió la promesa de la tierra, Jesús nos libera de nuestras esclavitudes, nos entrega la ley del amor y nos promete el Reino de los Cielos. Hermanas y hermanos, este es el corazón del Evangelio de Mateo: Jesús es el nuevo Moisés que nos conduce al verdadero Reino”. 

A continuación, recordó que las Bienaventuranzas son el proyecto de vida del discípulo: “Las Bienaventuranzas no son teoría, no son frases bonitas para poner en un cuadro. Son la carta de identidad del cristiano, porque expresan el estilo de Jesús y nos invitan a que nuestra vida misma sea una buena noticia para los demás.” 

En la segunda jornada, el P. Alberto Scalenghe reflexionó sobre el tema: “La liberación y restauración jubilar se extienden a todas las naciones (Mt 28,18-20)”. “Mateo, al hablar del Reino de los Cielos, nos invita a confrontar nuestros criterios humanos con los criterios de Dios. Los reinos de la tierra se miden por el poder, la riqueza y el éxito. Pero los criterios de Dios son otros: bienaventurados los pobres, los que lloran, los que trabajan por la paz y la justicia.” 

El sacerdote subrayó además la novedad del Mesías de Mateo: “Jesús no responde a la expectativa de un Mesías político o sacerdote poderoso. El Mesías de Mateo es un Mesías que sirve, que entrega su vida, que muestra el verdadero poder en la cruz. El Reino de los Cielos no se impone, sino que transforma desde dentro.” 

Finalmente, en la tercera fecha, el P. Guillermo Acero abordó el tema: “Justicia y misericordia con los más pequeños (Mt 25,31-46), eco del espíritu jubilar”. “La gran pregunta después de la destrucción del templo era: ¿dónde está Dios? Para los judíos, la respuesta fue volver a la Ley. Para nosotros, la respuesta está en Jesús, la Palabra hecha carne. Y Mateo nos recuerda que el Señor está presente en medio de nuestras comunidades, en la vida concreta de cada día.” 

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Asimismo, destacó el carácter central de la parábola del Juicio Final: “El culto a Dios ya no está ligado a un templo, sino al encuentro con los pobres. Jesús mismo lo revela: ‘Lo que hicieron con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron’. El culto verdadero, el que agrada a Dios, es la caridad concreta.” 

Cardenal Castillo: Dios obra en los movimientos populares

Al cierre del encuentro, el Cardenal Carlos Castillo, arzobispo de Lima, dirigió unas palabras finales en las que invitó a redescubrir el Evangelio de Mateo desde la clave del Dios escondido: “El Señor actúa en lo pequeño, en lo que parece no contar. Esta es la gran enseñanza para nuestro tiempo: en medio de tanta crisis y poder de las mafias, Dios sigue obrando en lo humilde y en los movimientos populares, que guardan en sí la fuerza de la esperanza.” 

Finalmente, animó a toda la Iglesia de Lima a ser comunidades vivas y sinodales: “Estamos llamados a volvernos hinchas del Dios escondido. Ese Dios que está en los muchachos, en nuestras familias, en las cosas sencillas de cada día. Ese Dios que nos invita a caminar juntos, a discernir juntos, a compartir la vida. Solo así nuestra Iglesia de Lima podrá ser un verdadero testimonio de esperanza para el país y para el mundo.” 

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