Iglesia en el Perú reafirma su compromiso con el diálogo y la libertad religiosa

Esta semana se celebró el coloquio “Sesenta años de las Declaraciones Conciliares Nostra Aetate y Dignitatis Humanae. El legado del Papa Francisco y el compromiso del Papa León XIV”, congregando a representantes de distintas confesiones religiosas.

El evento, organizado por el Episcopado peruano, la Asociación Judía del Perú y el Consejo Interreligioso del Perú – Religiones por la Paz y Confraternidad Judeo Cristiana del Perú, tuvo como propósito reflexionar sobre los avances en el diálogo interreligioso y la defensa de la libertad religiosa.

En su discurso inaugural, Monseñor García Camader, presidente de la Confernecia Episcopal Peruana (CEP) subrayó que, hace seis décadas, el Concilio Vaticano II, movido por el Espíritu Santo, quiso “renovar el rostro de la Iglesia para hablar con mayor cercanía al corazón de los hombres y mujeres de su tiempo, sin perder su fidelidad al Evangelio”.

Presidente del CEP: La fraternidad en el corazón del mundo

Al referirse a Nostra Aetate, promulgada el 28 de octubre de 1965, el presidente de la CEP destacó su carácter profético y su llamado a erradicar toda forma de odio o discriminación religiosa. “El diálogo interreligioso no es una estrategia, sino una vocación del cristiano: la de reconocer al otro como hermano, hijo del mismo Padre y compañero de camino en la construcción de un mundo más justo y pacífico”, afirmó.

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En el judaísmo, el islam, el hinduismo, el budismo y otras religiones, la Iglesia reconoce semillas de verdad y de santidad que reflejan la acción del Espíritu en todos los corazones que buscan sinceramente el bien.

En ese sentido, señaló que el mensaje de Nostra Aetate adquiere un significado especial en el contexto peruano: “Nuestra historia está tejida por la convivencia de múltiples expresiones de fe, desde las raíces andinas y amazónicas hasta las diversas confesiones cristianas y comunidades religiosas… Estamos llamados a descubrir una riqueza que puede ser signo del Reino de Dios si la vivimos desde la fraternidad y la colaboración por el bien común”.

Cardenal Carlos Castillo: Superar los prejuicios históricos entre el cristianismo y el judaísmo

En tanto, el arzobispo de Lima reflexionó en torno al tema: «Los dones y la llamada de Dios son irrevocables. Una reflexión del 50° Aniversario de Nostra Aetate». El Cardenal Castillo subrayó la importancia del diálogo entre el cristianismo y el judaísmo como una conversación dentro de la misma raíz espiritual, no fuera de ella. Recordó que “Jesús es un judío y, por eso, Nostra Aetate lanzó una perspectiva más sana y profunda”, señalando que el Concilio Vaticano II marcó un cambio decisivo en la comprensión del pueblo judío.

A partir de este documento y del texto «Los dones y la llamada de Dios son irrevocables», publicado en 2015 por la Comisión para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo del Vaticano, la Iglesia ha reafirmado que “Dios no se retracta de la elección de Israel”, invitando a una revisión honesta de los prejuicios históricos que afectaron la relación entre ambas tradiciones.

En ese sentido, el Primado del Perú explicó que es necesario abandonar la tentación de “poseer” la verdad y abrirse al discernimiento comunitario, al estilo del diálogo rabínico. Recordó que “la lógica de la vida es distinta de la lógica de los conceptos”, y que la sinodalidad actual del Papa Francisco, heredada en León XIV, recoge esa tradición antigua de escuchar, debatir y decidir juntos, como lo hacían los primeros apóstoles. Este modo de vivir la fe, inspirado en la sabiduría bíblica, invita a “saborear la vida para identificar dónde están las cosas”, frente a un mundo dominado por el cálculo técnico y la precisión artificial.

Dios no se retracta de la elección de Israel, porque cuando designa una misión, no retrocede: la reafirma y la conduce

CARDENAL CARLOS CASTILLO
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Finalmente, el arzobispo de Lima destacó que el diálogo judeocristiano no busca uniformar, sino aprender mutuamente. La Iglesia, al reencontrarse con su raíz hebrea, redescubre la gratuidad de la salvación y la centralidad de la justicia como tarea común:

“El mejor diálogo que podemos hacer es con la religión que es nuestra fuente; volver a nuestra matriz es volver al sentido más profundo de la fe”. Así, el encuentro entre ambas tradiciones se convierte en una oportunidad para recuperar el espíritu de Abraham: bendecir a todos los pueblos desde la hospitalidad, la memoria y la esperanza.

Renovar el espíritu del Concilio

Monseñor Jorge Izaguirre, Obispo de Chosica y Primer Vicepresidente de la CEP, agradeció a los organizadores por hacer posible el coloquio y destacó el valor del diálogo interreligioso como camino de encuentro y comprensión mutua.

Por su parte, Jack Falkon, presidente del Comité de Relaciones Humanas de la Asociación Judía del Perú, agradeció la presencia de la Conferencia Episcopal Peruana en este encuentro que conmemora los 60 años de las declaraciones conciliares Nostra Aetate y Dignitatis Humanae.

Que este encuentro sea una oportunidad para renovar esa alianza moral entre nuestras comunidades y para reafirmar una vez más que la fe y la razón, la religión y la ciencia, pueden y deben caminar juntos en la construcción de un mundo más justo, más sabio y más humano, expresó.

La primera jornada contó con las ponencias del Rabino Jaim Berman, de la Sociedad de Beneficencia Israelita Sefardí (Entre Jerusalén y Roma. Reflexiones sobre los 50 años de Nostra Aetate), bajo la moderación de Laura Vargas, secretaria ejecutiva del Consejo Interreligioso del Perú.

El coloquio continuó con la presentación de Mons. Javier Del Río Alba, arzobispo de Arequipa, sobre el tema “La libertad religiosa en los pontificados de Francisco y León XIV”, seguida de un panel interreligioso con representantes de comunidades evangélicas, islámicas, judías, bahá’ís, budistas y brahma kumaris.

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