Iglesia de Lima celebró la XXVIII Jornada Mundial de la Vida Consagrada

En una Eucaristía presidida por el Cardenal Pedro Barreto, arzobispo de Huancayo, diferentes congregaciones de nuestra Arquidiócesis se encontraron en el Colegio de Jesús para celebrar la XXVIII Jornada Mundial de la Vida Consagrada.

Dirigiéndose a las congregaciones y comunidades religiosas, el Cardenal Barreto recordó que la vida consagrada es una responsabilidad que implica «transmitir la alegría del Evangelio y del encuentro personal y comunitaria con Jesucristo en medio de los avatares de la vida».

Somos llamados hoy a renovar nuestra vida consagrada, porque somos una ofrenda viva a Dios y a Su Reino, en pobreza, en castidad y obediencia.

Pedro Barreto afirmó que, entre la gran diversidad de carismas que tiene la vida consagrada, necesitamos «mirar el horizonte de la Iglesia universal» desde nuestra realidad peruana, para «caminar juntos con el Papa Francisco en una Iglesia sinodal y misionera».

Tenemos que caminar juntos en este proceso de conversión a Dios, para que nos ayude de manera permanente y firme a escuchar el clamor de los pobres. Pido a la Virgen María y la especial intercesión de San José que nos ayuden a vivir con alegría esta misión que Dios nos pone en nuestras manos como personas consagradas a Él.

La Santa Misa fue concelebrada por Monseñor Edinson Farfán Córdova, OSA, Obispo de la Prelatura de Chuquibambilla; y nuestro obispo auxiliar de Lima, Monseñor Juan José Salaverry.