El Espíritu del Señor suscita capacidad solidaria y creativa en diversas situaciones

«Tenemos que reproponer una forma de vivir la vida cristiana en donde nuestro individualismo se supere a través de la hermandad, porque Jesús nos da su Espíritu para alentarnos y suscitar en nosotros creatividad en situaciones nuevas» – expresó Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú durante la homilía de este VI Domingo de Pascua en la Basílica Catedral de Lima – «Me dirijo hoy a todos los que están enfermos para que sientan que la Iglesia quiere acompañarlos, pidiéndoles perdón porque estamos en lejanía, pero también diciéndoles con el corazón que estamos con ustedes, que rezamos por ustedes, y que el Señor nos va a sacar de esto por la obra y fuerza del Espíritu que nos vuelve a todos solidarios y entregados» – agregó.

En este VI Domingo de Pascua, Jesús anuncia su partida, pero al mismo tiempo, les recuerda a sus discípulos que no los dejará en situación de orfandad: «ser huérfano es necesitar siempre un padre, significa dispersarse, entrar en competencias, en maltratos, porque no nos consideramos hermanos – explica el Arzobispo de Lima – hoy que el mundo está necesitado de hermandad porque está necesitado de paternidad, el Señor también nos recuerda que no va a dejarnos huérfanos, siempre nos va a comunicar el Espíritu del Padre».

El mundo está necesitado de conocer que todos somos hijos del mismo padre y tenemos la misma dignidad, todos somos iguales llamados a hermanarnos y a colaborar los unos con los otros

¿Cómo construir la hermandad en medio de la orfandad? ¿Cómo construirla cuando hay tanta separación y no reconocemos los esfuerzos que se hacen? A pesar de todas las donaciones y acciones de solidaridad «todavía mantenemos ciertos egoísmos y revanchismos», añade Monseñor Castillo.

El sentido de nuestra fidelidad como cristianos

Para construir la hermandad entre todos necesitamos del Espíritu de la verdad que se narra en el Evangelio de Juan (14,15-21): «Se puede pensar que este Espíritu de la verdad es algo muy complicado, pero en realidad es algo muy simple – indica el Primado del Perú – porque verdad significa fidelidad, el cristiano es verdadero si es que es fiel».

¿Pero qué entendemos por fidelidad? Monseñor Castillo pone como ejemplo las relaciones matrimoniales para explicar el sentido de nuestra fidelidad como cristianos: «el principal problema de las relaciones de parejas es mantener la fidelidad en medio de la dificultad, de tal manera que no se casa solamente para siempre, sino para cada día de la vida, es decir, hay que construir la fidelidad, aprender a ser fiel. Los cristianos nos llamamos los fieles porque aprendemos a vivir en este espíritu que cada día tiene que renovar la fidelidad, y para eso el Señor se ha dado a conocer, y nosotros como creyentes no nos hemos rehusado a su Palabra, nos hemos dejado inspirar por Él, pero a veces adoquinamos el Evangelio, adoquinamos los mandamientos, adoquinamos las enseñanzas del Señor y pensamos que solo se es cristiano en forma rígida».

Estos días el Santo Padre ha predicado cuestionando, interpelando, removiendo la rigidez cristiana o católica, porque estamos acostumbrados a ciertos ritos y modos que no son respuestas adecuadas y no solucionan el problema

«Jesús nos da su Espíritu para alentarnos y suscitar en nosotros creatividad – afirma el Arzobispo de Lima – Él dice que nos mandará un paráclito, que significa alentador, defensor, consolador, animador, promotor y arengador. Hoy que se presentan cosas completamente novedosas, necesitamos recurrir al Espíritu de la verdad para aprender a ser fieles en estas nuevas situaciones».

Monseñor Castillo señaló que «ser fiel no significa repetir lo de siempre en las nuevas circunstancias y dejar de atender a los problemas más urgentes», y recordó que nuestra Iglesia tiene que prepararse para actuar ante la post pandemia, especialmente con las personas que perdieron o perderán el trabajo, con los hogares donde los ahorros se han agotado y hay necesidad de comer.

Inspirarnos por el Espíritu de la verdad en los nuevos signos de los tiempos

«Es tarea fundamental pedirle al Señor que este Espíritu de la verdad que nos saca de la orfandad, pueda suscitar capacidad solidaria de ser hermanos, capacidad creativa en diversas situaciones. Pedimos al Espíritu que nos de iniciativas para ver cuál es la forma de Iglesia más adecuada que permita que la gente no se sienta sola ni huérfana», precisó el Arzobispo de Lima.

A veces tenemos tantas costumbres que nos atan, cosas que se han metido, se han inoculado en todos estos años en nuestros corazones y en nuestras enseñanzas, como por ejemplo, dedicarnos a salvar nuestras almas individualmente y olvidarnos del alma y el cuerpo de los demás

«A veces los sacerdotes tenemos la costumbre de que las palabras que están en los libros son algo así como fórmulas, entonces repetimos una fórmula y ya está arreglado el asunto – subraya el Arzobispo de Lima – hoy no es suficiente, es demasiado el dolor, es demasiada la tragedia como para que pocas palabras que estuvieron escritas en otro tiempo puedan ser respuesta, hay que aprender a rezar según la situación para acogerla y entregársela al Señor que siempre en cada momento renueva su fidelidad a nosotros y nos enseña a nosotros a ser fieles renovados permanentemente».

«Tenemos que reproponer una forma de vivir la vida cristiana en donde nuestro individualismo se supere a través de la hermandad – continuó el Primado del Perú – por eso, hoy damos gracias al Señor que nos vuelve a inspirar, que vuelve a hacer posible que podamos tener los signos que en los inicios de la Iglesia hicieron los apóstoles».