Más de 700 mil personas que residen en lugares amazónicos, a los que se puede acceder por vía fluvial, se verán beneficiados de esta iniciativa llevada a cabo gracias a los esfuerzos de la fraternidad de San Francisco de Asís en la Providencia de Dios y la Asociación de laicos que la acompaña.
El barco hospital “Papa Francisco”, es una nave de 32 metros de longitud y estará equipado para prestar los servicios de diagnóstico, tratamiento, hospitalización y prevención en medicina, oftalmología, odontología, cirugía, análisis de laboratorio, enfermería, sala de vacunación y maquinaria para exámenes de radiografía, ultrasonido, mamografía y electrocardiogramas.
Un equipo de 30 personas aproximadamente, entre los que se cuentan: la tripulación, los voluntarios médicos y 1 religioso, serán los encargados de visitar cerca de 1000 pequeñas localidades en expediciones de 10 días de duración.
Contará además con dos lanchas-ambulancia que serán las encargadas de atender las emergencias, mientras los hospitales de las localidades de Juruti y Óbidos –en el estado occidental de Pará, Brasil- administrados por la congregación franciscana, servirán como referencia para la operación.
Inspirados en el sueño de Francisco
La iniciativa de llevar una nave hospital a visitar los lugares más recónditos de la Amazonia nació en Río de Janeiro durante la visita del Santo Padre con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud 2013.
Francisco Belotti, sacerdote fundador del barco hospital, relata que la idea de llevar salud a las comunidades más alejadas del Amazonas surgió en una conversación con el Papa Francisco mientras realizaba un recorrido en un hospital de la fraternidad de San Francisco de Asís.
«Tienes que ir», fue la respuesta y misión que el Sumo Pontífice encargó a la comunidad franciscana e impulsó la construcción del barco hospital.
«Percibimos que la población que vivía a orillas del río tenía grandes dificultades para llegar a los hospitales” –relata el hermano Belotti. Por lo tanto la alternativa era “hacer que el hospital fuera a ellos, como la Iglesia, que el Papa quiere que conozca gente”.
Asistencia humana y digna para todos
Un sacerdote de la fraternidad será el encargado de coordinar la misión y llevar la palabra de Dios a todas las comunidades visitadas, así como de garantizar la asistencia más digna y humana para todas las personas atendidas.
«No sabía de dónde venía, ni cómo, ni cuándo. Pero sabía que estaba en el corazón de Dios. Hoy es una realidad y tiene un rumbo: el corazón de todos los trabajadores de las comunidades costeras del río Amazonas», indicó Belotti.