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San Juan Bautista: «Seguir las huellas del precursor del Señor»

La comunidad del Rímac vivió la Fiesta de San Juan Bautista con una Eucaristía presidida por Monseñor Salaverry, el último domingo 25 de junio. En su homilía, nuestro obispo auxiliar aseguró que el milagro del nacimiento de Juan Bautista nos recuerda que «todos podemos ser generadores de vida».

Dirigiéndose a la comunidad de Amancaes, Juan José Salaverry señaló que estamos llamados a seguir «las huellas del precursor del Señor» para «sentir la gracia de Dios en nuestras vidas».

Monseñor Salaverry inició su homilía recordando la figura profética de Juan Bautista como anunciador de la llegada del Salvador, pero, sobre todo, celebrando el milagro de su nacimiento: «Una mujer anciana, Isabel, con un esposo también anciano que han vivido en fidelidad a Dios durante toda su vida, reciben la gracia de Dios de poder generar vida, generando la vida del Bautista, un hombre venido de manera sobrenatural por la fe de sus padres», recordó el obispo.

Dios preparó la llegada del Mesías con este milagro tan grande de permitir que estos dos ancianos puedan generar vida, dos ancianos con una fe inquebrantable.

Monseñor Juan José afirmó que, a través de este signo de amor, el Señor quiere revelarnos que es un Dios que permite la vida más allá de nuestros límites naturales. A veces, estos límites están marcados por una enfermedad o la edad, pero Dios «actúa para que generemos vida y amor». Y Juan Bautista «es un signo de esta vida que se genera si tenemos fe».

Dios nos regala su gracia, más allá de nuestros límites

Como segundo aspecto, Monseñor Salaverry explicó que el nombre de Juan Bautista también esconde un significado muy preciado. Si bien sus padres pudieron llamarlo según dictaba la tradición, Dios se manifestó y escogió el nombre de Juan, gesto que rompía con la costumbre de la época, y que nos enseña que el regalo de la gracia no puede estar sujeto a los límites humanos. «Nosotros, a veces, nos dejamos amarrar por las tradiciones, sin embargo, Dios actúa magníficamente, nos acompaña con su gracia», reflexionó.

Ello no significa que debamos ignorar las tradiciones de nuestro pueblo, pero siempre debe primar la presencia de Dios y su gracia para «disponer nuestro corazón abierto a la novedad que el Señor tiene para nosotros».

Ojalá pudiéramos decir nosotros, de la misma forma que se ha dicho del Bautista, que la mano del Señor está siempre sobre nosotros, bendiciéndonos, recreándonos y haciéndonos nuevos.

Nuestro obispo auxiliar hizo un llamado a seguir el ejemplo de Juan Bautista, quien preparó con tesón el camino de la llegada de Jesús, desde sus límites, pero entregando su vida hasta el final.

Finalmente, dirigiéndose a toda la comunidad de Amancaes y a los miembros de la Hermandad de la Parroquia San Juan Bautista, Monseñor Salaverry agregó: «Que esta fiestas de San Juan nos llene de alegría, pero de una alegría santa, con conversión. Juan Bautista tenía una vida austera, predicando lo que se vive, predicando el Evangelio y preparando el camino para el Señor».

La Eucaristía celebrada en la Parroquia San Juan Bautista de Amancaes, contó con la presencia del Padre Emerson Velaysosa Fernández (Párroco), el Padre Javier Cusihuaman, y la hermandad de la Parroquia.

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