4to aniversario episcopal de Mons. Elías y Mons. Rodríguez

Se cumplen cuatro años de la ordenación episcopal de Monseñor Ricardo Rodríguez y Monseñor Guillermo Elías. Un 6 de julio de 2019, los obispos auxiliares aceptaron el encargo pastoral de guiar y acompañar a nuestra Iglesia de Lima en su camino sinodal.

“Ahora que vamos a estar juntos en este tiempo, seamos una comunidad que escucha y comprende, para hacer que los propios laicos aprendan a escucharse, a organizarse, para empezar a resolver los graves problemas que tenemos”, con estas palabras, Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima, se dirigió a los dos Obispos Auxiliares el día de su ordenación, en julio de 2019.

Han pasado cuatro años desde aquel día, y hoy queremos recordar las palabras y compromisos con el Pueblo de Dios de nuestros obispos auxiliares, Ricardo y Guillermo.

Monseñor Guillermo Elías: «Daré todo mi ser y todo lo que se me encomiende».

Monseñor Guillermo Elías también se mostró emocionado por este nuevo camino pastoral: “los días previos a la ordenación episcopal, venían tantas situaciones y hechos a mi vida, ingresar como seminarista a esta hermosa catedral, luego como presbítero, y ahora, en este nuevo tiempo como obispo. Aún tengo que asimilarlo”, expresó durante su ordenación episcopal.

Quiero entregarme a Dios, quiero seguir siendo instrumento de él. Daré todo de mi ser y todo lo que se me encomiende, trabajaré en comunión con nuestro Arzobispo, junto a Ricardo, al clero, y juntos diremos: ¡Lima Levántate!

Monseñor Ricardo Rodríguez: «Una Iglesia que transmita vida».

En aquella oportunidad, Monseñor Ricardo Rodríguez agradeció al Papa Francisco por la designación, y reiteró su servicio por una Iglesia fiel a Jesucristo, una Iglesia que se sienta viva y transmita vida: “intentaré, con mis limitaciones, ser un colaborador en su propósito, por una Iglesia para el hombre de hoy”, añadió.

Al escoger el lema ‘Aquí estoy Señor’, pensaba cuando empecé a recorrer este camino y cómo debo continuar ahora. Ante lo vivido, y lo que tengo por vivir, siempre tengo que decir ¡Aquí estoy!