Adviento de la Periferia: Testimonio de nuestros enfermos

En el IV Domingo de Adviento, Domingo de la Paz, nuestra Corona misionera visitó el Área de Oncohematología Pediátrica del Hospital Rebagliati, para escuchar la voz de nuestros niños, madres y enfermeras. «En los momentos de dificultad, de angustia y aflicción, Dios no nos abandona, Él nos da su aliento para reorientar nuestro camino, para ayudarnos y no destruirnos, para vivir en verdadera hermandad», es el mensaje que nos dejan a puertas de la Fiesta de la Navidad.

«En el seno de una joven llamada María, un Niño está por nacer. Dios se ha hecho pequeño, pobre y migrante. Un Rey “sin corona” nace despojado en un pesebre de Belén, viene para hablarnos desde lo escondido, en la soledad y el anonimato». De esta manera, nuestros hermanos del Hospital Edgardo Rebagliati, comparten la reflexión final del Adviento de las Periferias.

A través de este video mensaje, ellos nos recuerdan que el Nacimiento de Dios representa una esperanza «entre los últimos y descartados» porque Jesús «viene para reinar en los márgenes del mundo, viene para revelarnos que Dios es amor y solamente amor».

Encendemos la cuarta vela del Adviento comprometiéndonos a vivir el Nacimiento de Dios en el corazón de nuestras vidas y nuestros problemas.

El Dios de lo imposible llega para abrir nuevos horizontes. Por eso, «unidos a todos los que sufren, demos testimonio de su amor, salgamos al encuentro del Otro y seamos semilla de esperanza», es el llamado que hacen nuestros hermanos del Área de Oncohematología Pediátrica del Hospital Rebagliati.

En este IV Domingo de Advientoo, dispongámonos al misterio de Dios en la vida y aprendamos a identificarlo en el rostro de quienes más nos necesitan.