La Basílica Catedral de Lima acogió a los jóvenes del XX Encuentro Latinoamericano de Responsables Nacionales de Pastoral Juvenil (ELARNPJ) que se viene realizando por primera vez en nuestro país. Hasta aquí llegaron las delegaciones de jóvenes, obispos, sacerdotes y religiosos de 22 países de América Latina que participaron de la Celebración Eucarística presidida por Mons. Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú: «Ustedes están llamados a la misión de anunciar el Evangelio en el corazón de la vida de los jóvenes, con los últimos, los pequeños. Ustedes son el medio para que el Señor realice su voluntad en la historia» – comentó durante su homilía.
También estuvieron presentes Mons. Nicola Girasoli, Nuncio Apostólico en el Perú; Mons. Guillermo Elías, Obispo Auxiliar de Lima; y Mons. Alfredo Vizcarra, Presidente de la Comisión Episcopal para los Laicos y Juventud.
«Es una enorme alegría acogerlos en esta casa de donde Santo Toribio de Mogrovejo partió para anunciar el Evangelio en diversas regiones, y con su entrega y caminar, fue uniendo a nuestro país y estableció los lazos con los demás países y zonas de la Iglesia. Hoy, nosotros venimos por esos mismos caminos para reunirnos», expresó al inicio de la Celebración Eucarística.
La opción preferencial por los jóvenes que renuevan la Iglesia y el mundo.
Refiriéndose a la Lectura del Libro de Zacarías (2, 10-13), Mons. Castillo explicó por qué el Señor fijó su mirada en Judá, tierra sagrada: «Comprendía la parte sur de Israel, la región más pobre de la cual nació el Mesías, al igual que David, el más pequeño, el último, el joven».
Y recordando el lema del XX ELARNPJ «Los jóvenes somos tierra sagrada, el ahora de Dios», añadió: «El Señor quiere tomar posesión de toda la tierra sagrada de Israel a partir de los jóvenes, a partir del lugar donde David fundó la dinastía de la cual nacería Jesús».
Cada vez que existen problemas el Señor actualiza su promesa dinamizando la historia desde los últimos de la tierra. Por eso, la reflexión que ustedes hacen nos recuerda que la opción preferencial por el pobre es también la opción preferencial por los jóvenes que renuevan la Iglesia y el mundo.
La familia es fundamental para abrir el horizonte del mundo.
En el Evangelio de Mateo (12, 46-50), Jesús hace una corrección importante y profundiza el sentido de la maternidad y de la familia:
«La familia es algo fundamental e importante para la vida de la humanidad y de la historia – comenta Mons. Castillo – necesitamos familias que ayuden a abrir el horizonte de un mundo que busca ser salvado y liberado de tantas cosas duras que existen hoy. Por eso, Jesús hace una rectificación importante al preguntar – «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?» – y señalando con la mano a sus discípulos agrega – «éstos son mi madre y mis hermanos, porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo es mi hermano, mi hermana y mi madre».
La familia de Jesús se extiende a la humanidad con todos aquellos que escuchan la voluntad de Dios. Sólo quien realiza la voluntad de Dios en la historia se deja poseer por el Padre y acompaña en el horizonte de la humanidad a hacer que las familias cumplan su misión.
Ensanchar la familia como ancho es el corazón de Dios.
Monseñor Castillo resaltó que la familia misionera es el proyecto familiar de la fe cristiana y la comunidad eclesial: «una familia que no se encierre en sí misma» – agrega – «la familia tiene sentido como cuna y desarrollo de seres humanos abiertos para redimir a toda la humanidad, para hacer posible que todos tengamos una vida habitable en el planeta, y para que la tierra que Dios quiere poseer sea habitada a través de personas que sirvan a otras para inundar de amor y de justicia al mundo».
«Hoy, la misión juvenil se convierte en una fuente inagotable de desarrollo familiar para ensanchar la familia como ancho es el corazón de Dios, que quiere que la tierra sea sagrada y no destruida, que quiere que los seres humanos vivan felices y no vivan depredando, maltratando, matando y destruyendo a las personas, llenándose de dinero y destruyendo lo más lindo que tiene la humanidad que es su capacidad de amar», precisó.
Estamos llamados a anchar también a la familia y a empalmar con ella en la dinámica grande de construir un mundo que puede resolver los grandes problemas de la humanidad.
Y dirigiéndose a los jóvenes responsables de la Pastoral Juvenil de América Latina, señaló: «Ustedes están llamados a la misión de anunciar el Evangelio en el corazón de la vida de los jóvenes, con los últimos, los pequeños. Ustedes son el medio para que el Señor realice su voluntad en la historia».
Dinamizar el Evangelio con la Pastoral Juvenil Kerigmática.
«Cuando el Señor manifiesta su voluntad y nosotros sintonizamos con ella, tenemos que hacer que haga eco en los propios jóvenes desde sus propias orientaciones – reiteró – tratando de que los jóvenes puedan abrirse a otros en forma dinámica y consciente».
Una experiencia juvenil donde solamente se adoctrina a los jóvenes y se les forma en serie destruye sus capacidades y no hace que el Señor posea a los jóvenes para transformar la tierra en el Reino de Dios.
Este desafío exige que «reflexionemos e introduzcamos eso que el Papa Francisco llama: la Pastoral Juvenil Kerigmática», que no se fija principalmente en la doctrina, sino en la «experiencia vivida de Jesús y que se ayuda con la doctrina para dinamizar todo lo que el Evangelio kerigmáticamente».
En ese sentido, Mons. Castillo explicó que nuestra primera tarea es «anunciar el Evangelio y escuchar la Palabra de Dios» para conversar y dinamizar nuestras vidas con una serie de ideas que anchen nuestro horizonte – «después podemos estudiar la doctrina y el catecismo, hay bastante tiempo en la vida» – dijo.
Una experiencia de fe inteligente en el corazón de los jóvenes.
En otro momento, el Primado del Perú habló de la necesidad de una experiencia de fe inteligente como la de María en el corazón de los jóvenes: «María medita las cosas dinámicamente, ágilmente, kerigmáticamente en su corazón. Por eso en el diálogo con el ángel pregunta y profundiza».
Hoy más que nunca se hace necesaria una experiencia de fe inteligente en el corazón de los jóvenes. Necesitamos lucidez y sabiduría por parte de los jóvenes, porque si no entramos en el kerygma nuestra pastoral muere.
«Que Dios los bendiga y que nuestra Iglesia pueda seguir los mismos pasos de San Toribio de Mogrovejo, caminar en salida, mirar al frente, a la otra orilla y no encerrar en sí misma, sino abrirse a los nuevos horizontes que el mundo nos presenta como un desafío», concluyó.
Jóvenes: queremos soñar con ustedes.
Mons. Nicola Girasoli, Nuncio Apostólico en el Perú, también dirigió unas palabras a los responsables de la Pastoral Juvenil de América Latina:
«Queridos jóvenes, queremos soñar con ustedes, necesitamos sus preguntas para caminar juntos. El Papa Francisco dice siempre que los jóvenes deben tener siempre el corazón encendido, porque solamente cuando el corazón está encendido se pueden crear relaciones interpersonales. Si los corazones están apagados se crean relaciones virtuales», declaró.
«Gracias queridos jóvenes. Gracias por haber caminado con nuestros hermanos obispos, sacerdotes y religiosos. Los felicitamos y esperamos que sigan siempre con esta fe, con estos sueños y con estos entusiasmos», finalizó.