Arzobispo de Lima recibe condecoración honorífica de la Policía Nacional del Perú

El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Mons. Carlos Castillo, fue condecorado con la Medalla Mariano Santos Mateos, Gran General de la Policía Nacional del Perú, en reconocimiento a su servicio y contribución en beneficio de la educación de los jóvenes: «Gracias a la Policía Nacional renovamos hoy nuestro compromiso con esta patria que amamos y, sobre todo, el compromiso por fortalecer el diálogo y la democracia. Solamente dialogando es que podemos recomenzar a entender el nuevo mundo que tenemos que construir» – comentó durante su discurso.

La condecoración «Mariano Santos Mateos, Gran General de la Policía Nacional del Perú», es una iniciativa de la Policía Nacional del Perú y el Ministerio del Interior que busca reconocer anualmente a aquellas personas que dedican su vida y trabajo en beneficio de la comunidad peruana. Este año, nuestro Arzobispo de Lima fue condecorado por el Comandante General de la Policía, José Luis Lavalle Santa Cruz, por su contribución y servicio en favor de la educación de los jóvenes de la sociedad.

También fueron condecorados el Alcalde Metropolitano de Lima, Jorge Muñoz; el entrenador de la Selección Peruana, Ricardo Gareca; la Ministra de la Salud, Zulema Tomás, entre otras distinguidas personalidades. En el «Grado de Gran Cruz» fueron condecorados representantes de las Fuerzas Armadas del Perú, el Ejército Peruano, la Fuerza Aérea del Perú, y la Marina del Guerra del Perú.

El reconocimiento a la capacidad de vivir hermanados

Durante su discurso, Mons. Castillo hizo memoria de sus tiempos de juventud cuando visitaba el Ministerio del Interior hace 54 años para trasladar en bicicleta los útiles de escritorio que su padre, un Capitán en retiro de la Benemérita Guardia Civil del Perú, le encargaba repartir: «Nunca pensé que podía venir para algo tan importante y bello como lo que hemos vivido hoy día», expresó emocionado.

Lo que se ha condecorado hoy es la capacidad de reconocer la vida que nos va dignificando a todos porque nos sabemos hermanar

Este reconocimiento representa el «legado de la entrega generosa de tantos policías que dieron sus vidas por nosotros para que tengamos la patria que hoy tenemos» – prosiguió – todos los honores entregados por la Policía Nacional tienen como denominador común que son «referidas a nuestras relaciones humanas y sociales, desde la maravilla de haber tenido la alegría de que nuestra selección nacional pueda crecer y ser conocida mundialmente, hasta los lazos de la sociedad, las organizaciones populares y toda la contribución que la Policía sabe hacer, promoviendo la relación humana nueva de una verdadera democracia».

Seguir anchando la democracia de nuestro país

El Obispo de Lima recordó que la misión de todas las instituciones de nuestro país es «seguir anchando su democracia» para hacerla sólida: «Nosotros como creyentes nos fundamos en un Dios que es Palabra» – añadió.

«Dios, Patria y Ley significan un Dios que es Palabra – explicó Mons. Castillo – un Dios que suscita una Patria por medio del encuentro y de la democracia que trata las cosas, que no las impone con la violencia, sino que las dignifica con la Ley que nos permite poner orden y justicia, pero abre también la mano para entendernos y comprendernos».

Una Patria fundada por medio de la Palabra

«Nuestro Dios es como dice el Evangelio de Juan (1, 1-18) – Al principio existía la Palabra y la Palabra era Dios, y todo se hizo por medio de la Palabra, y nada se hizo sin ella, y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros – ésa Palabra que se ha hecho carne en Jesús es la Palabra también que se ha encarnado en el Perú, por eso muchas veces decimos que Dios es peruano», indicó.

«No queremos como cristianos ni como católicos ser arrogantemente católicos – dijo en otro momento – queremos ser servidores, como lo dice el lema de la Policía Nacional: presto a servir, listo a morir por el Perú”.

Entregar la vida a través del servicio

Finalmente, el Primado del Perú también dedicó unas sentidas palabras en homenaje a su hermano Ismael Castillo, quien entregó la vida durante la primera guerrilla del año 1965:

«Quiero terminar diciéndoles que mi agradecimiento mayor es porque no solo soy hijo de un capitán de la Policía, sino por una segunda razón: en 1965, mi hermano Ismael Castillo Mattasoglio, junto con el teniente Alcántara y 17 policías fueron a salvar a un amigo italiano que estaba siendo atacado por la guerrilla del 65, y en el camino fueron asesinados. Por eso, este día es muy importante para mí, porque esas sangres que se han mezclado son las sangres que tenemos ahora que responder de forma responsable por esa herencia que nos han dejado de entregar la vida», comentó.

Recomenzar a entender el mundo a través del diálogo

Y dirigiéndose a sus otros compañeros condecorados, dijo: «Yo solamente soy un simple profesor que ha enseñado a los jóvenes y los ha acompañado. Ahora me toca ser Arzobispo de Lima y tengo el deber de seguir el camino que ustedes han hecho entre tantas tareas y esfuerzos».

«Gracias a la Policía Nacional renovamos hoy nuestro compromiso con esta patria que amamos y, sobre todo, el compromiso por fortalecer el diálogo y la democracia. Solamente dialogando es que podemos recomenzar a entender el nuevo mundo que tenemos que construir», precisó.

«La Iglesia está para servir, no para ser servida – recalcó el Arzobispo de Lima – la Iglesia se une al mismo camino, prestos a servir, que la Policía Nacional viene realizando durante mucho tiempo. Ojalá podamos estar a la altura de esa visión que ustedes han desempeñado», concluyó.