En sintonía con la Jornada Mundial de la Juventud 2023, próxima a celebrarse en Lisboa, alrededor de 200 jóvenes del decanato 3 de nuestra Arquidiócesis se congregaron en el Colegio Santa Rosa de Lima, en Lince, para formar parte del Encuentro Juvenil «Yo estaré ahí», con la participación de Monseñor Carlos Castillo, arzobispo de Lima. Durante el evento, los jóvenes manifestaron sus principales preocupaciones y aportes para continuar el camino de una Iglesia sinodal, participativa, comunitaria y misionera.
Un grupo significativo de jóvenes, entre estudiantes, agentes pastorales y miembros de la pastoral juvenil de las parroquias del decanato 3, vivieron una jornada de amistad y diálogo. El principal invitado de este encuentro fue Monseñor Carlos Castillo, quien escuchó los testimonios y las intervenciones de los diferentes representantes juveniles de nuestras comunidades parroquiales.
El evento inició con el testimonio vivencial de algunos jóvenes, quienes compartieron los desafíos y las dificultades que atraviesan en sus vidas. Posteriormente, se organizaron espacios de escucha en grupos para intercambiar inquietudes y sugerencias.
Al momento de la Eucaristía, Monseñor Carlos explicó que esta convocatoria organizada por el decanato 3, tiene la intención de acercarse a la realidad de los jóvenes «para formar una comunidad que no se encierre en sí misma, sino una comunidad abierta para servir, para que todos tengamos los mismos ojos misericordiosos de Jesús y salgamos de la situación de dispersión en la cual muchos jóvenes se encuentran».
En esta jornada sencilla hemos combinado los valores que tenemos para compartirlos a través del encuentro entre todos, con la alegría y el entusiasmo de los jóvenes.
El arzobispo de Lima precisó que todos estamos llamados a hacer que la Iglesia «sea un signo de esperanza para los jóvenes, especialmente, en la dura circunstancia que viven y que estamos viviendo». Por eso, «tenemos que ponernos en sintonía con la voluntad de Dios para mejorar las cosas y, a pesar de que hay muchas cosas terribles, sabemos que el Señor siempre está diciendo: ‘¡ánimo, yo estoy contigo, yo estoy allí!’. Y eso permite que podamos salir de los problemas pacientemente».
El prelado recordó que nuestra existencia es fruto del don amoroso y gratuito de Dios, que nos da la vida sin pedir nada a cambio. Por lo tanto, debemos hacer un esfuerzo «por intentar comprender y acompañar a quien no haya entendido el don gratuito», pero, sobre todo, «no estar juzgando a los demás».
Vamos a pedirle al Señor que, así como Él llamó a cada discípulo por su nombre, también todos nos sintamos llamados personalmente. Necesitamos testigos cristianos sencillos y humildes en todas partes del mundo, en todo lugar, en todas las pandillas y en todos los grupos.
El Encuentro Juvenil «Yo estaré ahí», contó con la presencia del Padre Víctor Solís, el Padre Alfredo Luján y el Padre Luis Miguel Gamboa.