Los puntos clave del texto, que recoge la voz de todo el Santo Pueblo Fiel de Dios, fueron expuestos en conferencia de prensa este martes 20 de junio al mediodía.
Un documento «de toda la Iglesia, no escrito en el escritorio, sino en el que todos son coautores, cada uno por la parte que está llamado a desempeñar en la Iglesia». Así describen el cardenal Jean-Claude Hollerich, relator general de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, y el cardenal Mario Grech, secretario general de la Secretaría General del Sínodo, el Instrumentum Laboris (IL) de la primera sesión de la Asamblea sobre el tema: «Por una Iglesia sinodal: comunión, participación, misión», que se celebrará en el Aula Pablo VI del Vaticano del 4 al 29 de octubre de 2023. Lo hacen en la conferencia de prensa, este martes 20 de junio, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
En dicho ámbito, el padre Giacomo Costa, consultor de la Secretaría General del Sínodo, presentó la metodología de la Asamblea sinodal, y un sacerdote, una religiosa y una laica ofrecieron sus testimonios sobre la preparación de los miembros de la asamblea de octubre y el posible uso del documentopor parte de los grupos locales.
Discernimiento mundial
Un texto que «no da respuestas, sino que se limita a plantear preguntas». Serán los obispos, dijo el Cardenal Hollerich, «ya que están llamados a perfeccionar el discernimiento iniciado en el proceso del sínodo mundial», quienes intentarán «dar respuestas». Y deja claro que este texto debe utilizarse con «armonía-consenso-guía del Espíritu». No tendremos que encontrar todas las respuestas, se suma Grech, pero «una Iglesia verdaderamente sinodal podrá responder a muchas de las preguntas del hombre de hoy».
Punto de llegada y de partida del «caminar juntos»
El texto «es el fruto de este proceso de escucha», explicó Grech, el punto de llegada de un «caminar juntos» que se ofrece también como punto de partida para la segunda fase del Sínodo, la de la doble Asamblea de octubre de 2023 y octubre de 2024.
El Purpurado insistió en este punto, «respondiendo a quienes temen que las conclusiones del Sínodo ya estén escritas. La mayor preocupación de la Secretaría del Sínodo y la mía personal ha sido respetar siempre lo que surgía de las etapas del proceso sinodal». Aclaró que lo hicieron ya desde el Documento Preparatorio, cuando se preguntaron «qué pasos nos invita a dar el Espíritu para crecer como Iglesia sinodal». Lo hicieron -añadió- con el Documento para la Etapa Continental, cuando recogimos la voz de las Iglesias.
«Lo hacemos ahora, con el IL, que devuelve toda la escucha de la primera fase a través del discernimiento de las Asambleas Continentales. Se trata de respetar al Espíritu Santo que -lo repite a menudo el Papa Francisco- es el protagonista del proceso sinodal. ¡Pretender escribir primero las conclusiones equivaldría a blasfemar contra el Espíritu (cf. Mt 12,31)».
Ninguna voz excluida
Grech advirtió que no se encontrará «una sistematización teórica de la sinodalidad, sino el fruto de una experiencia de Iglesia, de un camino en el que todos hemos aprendido más, por el hecho de caminar juntos e interrogarnos sobre el sentido de esta experiencia». Según el Secretario General, no falta la voz de nadie: «la del Pueblo Santo de Dios; la de los Pastores, que con su participación han asegurado el discernimiento eclesial; la del Papa, que siempre nos ha acompañado, apoyado, animado a seguir adelante». «Es también -agregó- una oportunidad para que todo el pueblo de Dios continúe el camino iniciado, y una ocasión para implicar a quienes no se han implicado hasta ahora».
Una puesta a punto del proceso
Grech calificó al IL como «una semilla que puede producir muchos frutos», fruto de un camino que involucró a todos. Subrayó que el Sínodo no comienza el próximo mes de octubre; más bien, comenzó el 10 de octubre de 2021, con la celebración de apertura en San Pedro. Desde entonces, la primera fase ha consistido en una etapa en las Iglesias locales, con la consulta al Pueblo de Dios; la segunda, en las Conferencias Episcopales, con el discernimiento de los obispos sobre las aportaciones de las Iglesias locales; y la tercera, en las Asambleas Continentales, con un ulterior nivel de discernimiento en vista de la segunda fase del Sínodo.
Padre Costa: 370 miembros en el Sínodo
En su intervención, el Padre Costa recordó que la metodología de la Asamblea de octubre de 2023 está en continuidad «con la de las últimas Asambleas, con algunas variaciones». En parte debido al aumento del número de miembros de la Asamblea. Habrá unos 20 obispos más que en la última Asamblea General Ordinaria, en 2018, «dado el crecimiento del número de obispos en todo el mundo». Y aumentará el número de no obispos, tras la ampliación participativa aprobada por el Papa Francisco en abril.
Habrá unos 370 miembros de la Asamblea, excluyendo a los expertos, mientras que en 2018 hubo 267 padres sinodales, más unos 50 auditores.
A partir de las prioridades expresadas por las siete asambleas continentales, el Consultor de la Secretaría del Sínodo explica que «ha surgido el deseo de continuar utilizando para la escucha y el discernimiento en común el método de la conversación en el Espíritu, que ha marcado profundamente la fase consultiva del camino sinodal».
Un método que puede describirse como «una oración compartida con vistas a un discernimiento en común, para el que los participantes se preparan mediante la reflexión y la meditación personal». Una conversación que «es tanto más fecunda cuanto más todos los participantes se comprometen en ella con convicción, compartiendo experiencias, carismas y ministerios al servicio del Evangelio». Y que pretende alcanzar, abordando juntos también «temas controvertidos», un «consenso inclusivo, en el que cada persona pueda sentirse representada, sin descuidar los puntos de vista marginales ni desatender los puntos en los que surgen disensos, que no deben ser eliminados sino sometidos a discernimiento.
La metodología
La conversación se dividirá en tres etapas: primero, cada uno toma la palabra, a partir de su propia experiencia releída en la oración durante el tiempo de preparación. Luego, una nueva intervención será para expresar lo que le ha tocado más profundamente durante la escucha y cuando ha oído al Espíritu Santo hacer resonar su voz. Por último, se identifican los puntos clave que han surgido durante la conversación y se recogen los frutos del trabajo común, con vistas al paso a la acción.
En comparación con el pasado, habrá «algunos momentos de oración en común» y algunas celebraciones litúrgicas, «además de la oración con la que se abre y se cierra cada sesión».
El Aula Pablo VI acogerá los trabajos del Sínodo
Los trabajos de la Asamblea se estructurarán en cinco segmentos, según el desarrollo del Instrumentum Laboris, y el último segmento «se dedicará a la recogida de los frutos y a su formulación en un texto que los haga comunicables y, por lo que se refiere a las propuestas más concretas, también realizables, en el lapso de tiempo entre las dos sesiones (2023 y 2024). Las votaciones permitirán captar el consenso que tiene esta formulación».
Entre las dos sesiones «seguiremos caminando juntos en las Iglesias y entre las Iglesias», subraya el padre Costa, identificando «qué bloqueos obstaculizan el camino» y profundizando «en las cuestiones sobre las que aún no ha madurado un consenso suficiente». Una novedad logística será el lugar que acogerá la asamblea, no el Aula Nueva del Sínodo, sino el Aula Pablo VI, que es «suficientemente grande para acoger a todos los participantes», aclara Costa, «mientras que en el Aula Nueva del Sínodo apenas habría miembros y no expertos».
Costa precisó que el Aula Pablo VI se puede acondicionar con mesas en las que se pueden sentar grupos de una docena de personas, lo que agiliza la transición entre las sesiones plenarias y el trabajo en grupo y, sobre todo, facilita la dinámica de la conversación en el Espíritu.
Los testimonios
En los tres testimonios de los futuros miembros de la asamblea, Helena Jeppesen-Spuhler, de Acción Cuaresmal de Suiza, subraya que en todas las etapas del camino sinodal recorrido hasta ahora «se escuchan nuestras preocupaciones y necesidades. No somos simplemente cristianos que esperan recibir y aceptar normas y prescripciones. El modo en que los creyentes entendemos la fe cristiana en nuestro contexto específico es ahora objeto de interés. Y en los respectivos textos, en los que se han resumido los resultados de los procesos de escucha y discernimiento, se recogen realmente nuestras inquietudes». Para preparar la asamblea de octubre, se celebrará en Suiza un «presínodo» de jóvenes, y el Instrumentum laboris será debatido por organizaciones de mujeres, algunos consejos diocesanos, delegados de Praga, grupos sinodales nacionales y diocesanos, y la conferencia episcopal. Para que «los participantes en el Sínodo no se representen sólo a sí mismos».
El P. Rafael Simbine Junior, en conexión desde África, secretario general del Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar (Secam), representado por una hermana, se unió al anuncio de un seminario previsto para preparar a los delegados africanos para la asamblea general de octubre. Por último, la Hna. Nadia Coppa, presidenta de la Uisg, Unión Internacional de Superioras Generales, anuncia que el documento se presentará próximamente a las casi dos mil responsables de congregaciones femeninas en un webinar en línea. Del Instrumentum laboris, destaca la validez de las ideas ofrecidas por las fichas de trabajo, que «tocan diferentes e importantes perspectivas (teológica, pastoral, canónica…)».