Cáritas Lima continúa trabajando en beneficio de las personas más vulnerables de la diócesis de Lima. Así, ha logrado apoyar a familias que viven en callejones y quintas más pobres de la zona de la Parroquia San Lázaro (Rímac). Esto ha sido posible en coordinación con el Párroco Carlos Valderrama, quien pertenece a la Congregación del Santísimo Redentor.
Desde el 2019, el padre Carlos asumió la responsabilidad de liderar la Parroquia San Lázaro, la cual tiene 457 años de antigüedad. Además, reconoció que las familias que vivían alrededor tenían muchas necesidades. Al principio, la labor de llegar a ellos y ganarse su confianza fue difícil, pero lo logró.
Con la ayuda de Cáritas Lima, es posible atender a las familias del callejón Chiclayo, Cajamarca, Virú, Paita, etc., pero, principalmente, a la quinta “San Jacinto” (jirón Trujillo), cuya situación es bastante delicada, ya que viven 41 familias y 60 niños (menores de 10 años) que no cuentan con sustento económico y no tienen acceso al sistema educativo a distancia, asistencia médica, etc.
A los 60 niños y niñas, dado que están en edad de crecimiento, Cáritas Lima les brinda desayunos nutritivos, y las familias se les dan donaciones de víveres y ropas. También, se gestiona ayuda a familias de migrantes y de aquellas que viven zonas más alejadas del Rímac, que realizan ollas comunes como los asentamientos humanos Horacio Zeballos, Ampliación Balcón del Rímac, Ampliación de las Brisas, etc.
Llevar el mensaje de acogida del Señor.
El padre Carlos Valderrama afirma que el trabajo no es arduo y agradecen a Cáritas Lima por ayudarlo a llevar el mensaje del Evangelio, es decir, esperanza a todas estas familias: “Es importante que ellos sepan que Dios es su Padre y que los ama. Yo siento que junto a Cáritas Lima puedo seguir llevando este mensaje de acogida y ejecutar un trabajo de asistencia. Si no nos hubiésemos aliado estratégicamente, no sería posible todo lo que se ha trabajado hasta la fecha”.
De esta manera, los más necesitados van recuperando su fe en Dios, pues ven a una Iglesia viva que se acerca y les tiende una mano. Gracias a las donaciones de personas y empresas, a través de Caritas Lima, es posible atenderlos. El padre Carlos menciona que “aún hay más trabajo por realizar a mediano y largo plazo”, y que irá ejecutándolo, y anima a la feligresía a sumarse a la cadena solidaria de Cáritas Lima.