Han pasado 22 años desde la última Confirmación Universitaria en la Catedral de Lima, convocada entonces por el Cardenal Augusto Vargas Alzamora. Hoy, más de 200 jóvenes de las universidades públicas y privadas más representativas del país se hicieron presentes para participar del Sacramento de la Confirmación. Mons. Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, presidió la Celebración Eucarística junto a los capellanes de cada universidad – «Que al recibir el Espíritu Santo podamos seguir el camino peregrino, el camino evangelizador de vuestra comunidad de la Pastoral Universitaria de Lima», dijo en su homilía.
«Hermanos y hermanas, un día como hoy hace 22 años, el Excelentísimo Cardenal Augusto Vargas Alzamora convocó a un buen grupo de universidades de nuestra ciudad para celebrar el Sacramento de la Confirmación en esta Catedral. Así fue como surgió la Pastoral Universitaria de Lima y ustedes son el fruto más reciente de ese esfuerzo», comentó Mons. Castillo al inicio de la ceremonia.
Los jóvenes presentes llegaron en representación de la Universidad Nacional Federico Villarreal, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la Universidad San Ignacio de Loyola, la Universidad Nacional Agraria La Molina, la Universidad Marcelino Champagnat, la Universidad de Piura, la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, la Universidad Tecnológica del Perú, y la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Levantarse después de sufrir es también una obra de Dios
¿Dónde está Dios en los momentos de mayor sufrimiento? – se preguntó en algún momento de su vida Álvaro Quispe, estudiante de la Universidad Nacional Agraria La Molina, quien compartió su testimonio con toda la comunidad presente: «Levantarse es también una obra de Dios, que la gente pueda volver a sonreír después de sufrir, que encontremos nuevas oportunidades de ser felices en la vida también es obra de Dios. Salir adelante es el desafío y ahí es donde está Dios para acompañarnos y ayudarnos», expresó.
Este tiempo de preparación me ha servido para reconocer todas mis experiencias y desde esa mirada tomar la decisión de confiarme en Dios
Álvaro Quispe, estudiante de la Universidad Nacional Agraria La Molina
La relación interpersonal con Dios desde la experiencia humana
«Las experiencias que hemos escuchado nos muestran que hay algo en la fe que es sumamente importante: vivir una relación interpersonal con Dios a partir de la experiencia humana», dijo el Arzobispo de Lima después de escuchar los testimonios de los jóvenes confirmantes.
La vida universitaria es «un mundo de reflexión y de estudio» que demanda una preparación con cautela y cuidado para «integrar las ciencias, para integrar la filosofía y el pensamiento, para integrar las inquietudes humanas más difíciles». ¿Hacia dónde vamos definitivamente? ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos y qué cosas haremos? – «ésas grandes preguntas humanas también se plantean en la fe y la confirmación junto a la Pastoral Universitaria quiere acompañarlos en este proceso».
La universidad nos desafía a nominar a Dios en forma significativa para los nuevos problemas que estamos enfrentando, los nuevos retos de la humanidad que van a pasar por nuestras manos.
¿Cómo vamos a aportar desde nuestra fe si no reflexionamos esa fe para ponerla a la altura de lo que vivimos? – Éstas preguntas no pueden quedar al margen de una vida universitaria donde la única preocupación es el conocimiento técnico, matemático y cuantitativo: «la humanidad es algo más grande – dijo el Obispo de Lima – y las universidades que están presentes han buscado la integración del pensamiento y de la reflexión».
Construir una comunidad a través de la vida de cada uno
Para Mons. Castillo la experiencia de la relación humana ha sido fundamental en la preparación de los jóvenes universitarios: «ésa experiencia es la del encuentro, el diálogo, la reflexión, la comunicación y la construcción de una pequeña comunidad que nos acompaña y que no tiene pretensiones ni grandezas, como las comunidades de Jesús que sabían compartir su fe con la gente en el camino y que poco a poco irradió con tanta alegría en toda la humanidad».
Ésa experiencia de Iglesia es la transmisión del Espíritu de Dios a través de la vida de cada uno.
«Por eso la Iglesia es tan grande – continuó – porque no depende de que hayan dos o tres curas encargándose de las cosas, sino depende de los laicos que anuncian el Evangelio los unos a los otros».
Caminando juntos para resolver los problemos
Apreciándonos mutuamente y caminando juntos es como la Iglesia contribuye a solucionar los problemas de nuestro país, «sus injusticias y contradicciones». Por eso, la Confirmación Universitaria y la Pastoral Juvenil «no están para despreciar este mundo, para decir que este es un mundo pecador y ateo» – recordó el Arzobispo de Lima.
Dios quiere dar vida a la gente en abundancia, y por lo tanto, no oprime ni maltrata, ni liquida a las personas, sino que las acompaña, las ennoblece, las alienta. Un Dios que bendice a la humanidad, no que la maldice.
«Muchachos, les agradezco haberme invitado para hacer juntos la confirmación, porque ustedes han vertido sus experiencias en lo más neto y claro que tiene la fe cristiana, la evangelización. Ustedes son una Iglesia en salida como la quiere el Papa Francisco, ustedes están en movimiento hacia los ambientes universitarios. Sean así también compresivos, rescatando todo lo bueno que hay para levantarlo, elevarlo y alentarlo», añadió.
«Que Dios los bendiga y que los acompañe, y que al recibir el Espíritu podamos seguir el camino peregrino, el camino evangelizador de vuestra comunidad de la Pastoral Universitaria de Lima», concluyó.