Día de la Familia: Testimonios reales de amor y de vida

Cada segundo domingo de septiembre, nuestro país celebra el Día de la Familia Peruana. Se trata de una fecha especial que nos recuerda el rol fundamental que cumple la familia dentro de la sociedad, especialmente en el contexto de crisis sanitaria que vivimos.

En ese sentido, nuestra Iglesia de Lima reconoce la importancia de la Familia en su camino sinodal y misionero. Como bien indicó Monseñor Carlos Castillo en una de sus últimas homilías: «Estamos llamados a comprender las diversas situaciones y lenguajes difíciles en los cuales se encuentra viviendo la familia. Y eso requiere, por nuestra parte, más que sólo anunciar que hay un modelo único de familia, es decir, reconocer las situaciones para ir viendo cómo se llega a un nivel de comprensión y de amor dentro de los límites que tenemos en todo el mundo en la vida familiar, para que todos pueden sentir que Jesús no los abandona a pesar de que seamos muy distintos y haya muchos problemas».

Monseñor Cornejo: Encontrar en lo cotidiano de nuestros hogares a la Sagrada Familia.

En la misma línea, Monseñor Guillermo Cornejo, Obispo Auxiliar de Lima, explicó que el Día de la Familia Peruana es una oportunidad para recordar que todos debemos colaborar en el aprendizaje y el desarrollo de la convivencia familiar:

“La familia es el lugar donde aprendemos de nuestros padres a vivir bien, nos cuidan, nos protegen y enseñan  auténticos valores cristianos como el amor, la solidaridad, el perdón , el cariño”, destacó.

De igual manera, nuestro Obispo Auxiliar remarcó los valores que estamos invitados a imitar de la Sagrada Familia, como la unión, la sencillez, la humildad, la honestidad, la honradez, el amor por nuestro trabajo, el perdonarnos mutuamente y ser personas íntegras tratando de ayudar al prójimo, en especial , a los más necesitados.

«Los invito a amar a cada uno de los miembros de sus familias, siendo testimonios reales de amor y de vida, en la sinodalidad, es decir, caminando juntos», señaló Monseñor Cornejo.