En el marco del Día del Campesino, la Iglesia de Lima reafirma su compromiso de solidaridad con los sectores más golpeados por la pandemia, como es el caso de los productores de tubérculos y pequeños agricultores del interior de nuestro país, quienes buscan reinsertarse en el mercado y sobrevivir a las consecuencias de la crisis sanitaria.
Según la Convención Nacional del Agroperuano (Conveagro), la pandemia ha alcanzado pérdidas de más de 6 mil millones de soles entre los pequeños agricultores a nivel nacional. Mientras que en la sierra se ha encarecido el transporte para llevar los productos a las ciudades, en la selva se han perdido hectáreas de piña, camu camu, café o cacao, al no poder cosecharse.
En medio de esta compleja realidad, la Vicaría de la Pastoral Social y de la Dignidad humana – Cáritas Lima, viene ejecutando programas de transformación económica para apoyar a micropempresarios y emprendedores de diversos rubros, como el sector agrícola, así lo explica Cinthya Tello, primera mujer en asumir la Dirección General de Cáritas en el Arzobispado de Lima:
«Nosotros hemos visto cómo se ha deteriorado la situación de muchos emprendedores, y desde Cáritas Lima hemos querido apoyarlos ofreciendo una ventana de oportunidades mediante la compra solidaria de varias toneladas de productos agrícolas y la promoción de sus negocios mediante nuestras redes sociales. Todo lo que adquirimos es redirigido a las donaciones que distribuimos con la población más necesitada de nuestra jurisdicción», señaló Tello.
Productos agrícolas en las ‘ollas comunes’ de los cerros de Lima
La red solidaria de la Vicaría de la Pastoral Social y de la Dignidad Humana se canaliza con el apoyo de las Parroquias de la ciudad y la organización de las comunidades de laicos, quienes se encargan de recibir los donativos, armar las canastas de alimentos y distribuirlas a cada familia: «entregamos donativos a más de 50 instituciones, entre parroquias, congregaciones, hermandades, ONG’s, comedores populares, y hasta ‘ollas comunes’ que benefician a muchas asociaciones de familias de nuestra diócesis», comenta la Directora General de Cáritas Lima.
Precisamente la preparación de las denominadas ‘ollas comunes’ ha sido un recurso indispensable en la supervivencia de varias familias de los cerros de Lima: «con la compra de cultivos estamos contribuyendo a la alimentación de familias de asentamientos humanos de distritos como El Rímac, El Agustino, La Victoria, Chorrillos y otros sectores que la están pasando mal», – indica Cinthya Tello.
El rol de los laicos es fundamental en la Iglesia, tiene mucho para dar, y tenemos que asumir este rol que nos toca desde nuestras diferentes profesiones y capacidades, con mucho ánimo
«Nuestra Iglesia tiene un rostro solidario»
«En la Iglesia tenemos como principio la solidaridad – reitera Tello – tenemos que seguir activando las diferentes acciones de la Iglesia, ya sea mediante la ayuda humanitaria, la pastoral de escucha, la pastoral de salud, y los diversos programas de nuestra pastoral social, llevando un mensaje de aliento y esperanza».
Estoy convencida que siendo solidarios podemos llegar a todas aquellas personas que lo necesitan. Nuestra Iglesia tiene un rostro solidario, más ahora que los niveles de vulnerabilidad están presentes en todas las esferas de nuestra sociedad
«El Perú va a salir adelante si todos nos sumamos – dice Cinthya Tello como reflexión final – la Iglesia de Lima está levantándose con el esfuerzo de todos para reactivarnos, transformarnos y crecer en este nuevo espacio al que nos dirigimos después de la pandemia, un espacio de solidaridad, respeto mutuo y equilibrio».