La Semana Sinodal ha concluido con una asamblea dedicada a las hermandades y cofradías de nuestra Arquidiócesis. Monseñor Juan José Salaverry, presidió este encuentro sinodal que ha dejado varias reflexiones y aportes importantes.
La Semana Sinodal de la Iglesia de Lima ha dado sus primeros frutos. Fueron siete días de asambleas que contempló la mirada de los jóvenes universitarios, los migrantes, los profesionales y sindicatos, las madres de las ollas comunes, los empresarios y las mujeres. Ahora es el turno de las hermandades y cofradías, quienes participaron en un plenario para compartir sus aportes y sugerencias.
El encuentro sinodal contó con la participación de nuestros obispos auxiliares, Monseñor Guillermo Elías y Monseñor Juan José Salaverry; el Vicario Episcopal de la Pastoral Arquidiocesana, P. Juan Goicochea; el Director Espiritual de la Hermandad de la Santísima Virgen del Carmen de Lima, Fr. Alfredo Amesti Sánchez, OCD; y el Director Espiritual de la Hermandad del Señor de los Milagros, P. Humberto Giusti Garro .
No competir entre hermandades. Fortalecer la vida espiritual.
Durante el plenario, los representantes de las hermandades sugirieron que se trabaje más en la comunicación con el Pueblo de Dios. «Queremos una Iglesia abierta. No es que la Iglesia esté cerrada, pero falta más comunicación con el pueblo. Para ello, necesitamos inspirarnos en el Señor y actuar de maneras creativas».
De igual manera, se habló sobre la necesidad de compartir más experiencias entre las hermandades, sin competir: «Hay que dar ejemplo de integración entre hermandades, no solamente de palabras, sino de corazón. Tenemos que avanzar con respeto y humildad de hermanos; esta actitud nos llevará a ejercer lo que nosotros queremos como líderes de cada una de las hermandades que representamos: la unión», expresaron.
Debemos trabajar en la unidad entre hermandades, con los padres espirituales, con la gente de los EPAP, con los grupos pastorales, con todas las comunidades.
Otro aspecto que salió a flote en la asamblea sinodal fue la importancia de profundizar en la vida espiritual de las hermandades y cofradías: «Tenemos que trabajar en la espiritualidad y en nuestra formación espiritual. Si bien, la Pandemia ha fortalecido la acción solidaria en todas partes, la base de nuestra motivación es la vida espiritual. Es necesario fortalecer la participación de los grupos y hermandades en las tareas de la parroquia mediante la formación espiritual», recalcaron.
Monseñor Salaverry: «Reencauzar la labor de hermandades y cofradías»
Luego de escuchar las conclusiones de las hermandades y cofradías, Monseñor Salaverry indicó que este tipo de encuentros nos ayudan a construir una Iglesia más cercana y dialogante: «La estructura de nuestra Iglesia debe conformarse a de acuerdo con la misión de la Iglesia de Lima. Este es el gran llamado que nos hace el Papa Francisco, que tratemos de encaminar hacia la misión para que nuestra vida se vea orientada por nuestro quehacer y nuestro ser en la sociedad de hoy», afirmó.
Necesitamos reencauzar nuestra labor como hermandades, como cofradías; para que podamos caminar juntos e identificar dónde nos quiere el Señor, dónde nos quiere la Iglesia.
En otro momento, Juan José Salaverry explicó que la sinodalidad en las hermandades y cofradías no solo debe ser procesional a un santo, con una marcha masiva, sino que nos debe llevar a revisar cuál es nuestra misión en la Iglesia, qué espera la Iglesia de nuestras instituciones y de qué manera podemos hacer una sinergia entre todos.
Monseñor Elías: «Pensar en una forma distinta de hacer y ser la Iglesia»
Por su parte, Monseñor Guillermo Elías, resaltó que las asambleas sinodales vividas en esta Semana Sinodal han permitido que podamos responder al desafío de pensar en una forma distinta de ser y hacer la Iglesia en la Arquidiócesis de Lima:
«Esto tiene una implicancia en toda la realidad eclesial, porque la sinodalidad es un actitud inherente a todo cristiano. Si no estoy dispuesto a caminar con otro, no puedo ser realmente cristiano. No me puedo quedar anquilosado en mis esquemas mentales, en mi forma de haber vivido mi fe, tengo que salir al encuentro del Otro. O nos identificamos con este proceso o no podemos caminar con la Iglesia», ha resaltado nuestro obispo auxiliar.
Durante el tiempo de plenario, los grupos de hermandades y cofradías respondieron las siguientes preguntas:
– ¿Cómo las Hermandades y Movimientos dialogamos, discernimos, proponemos y decidimos frente a los problemas sociales
– ¿Cómo afrontamos los conflictos y dificultades en la Iglesia y sociedad?
– ¿Qué aportamos desde las Hermandades y Movimientos a nuestra Iglesia y sociedad?
– ¿Qué experiencias deberíamos fortalecer más para seguir avanzando en la construcción de nuestra Iglesia de Lima: comunitaria y solidaria, participativa y misionera?
La respuesta a estas preguntas abiertas, así como los comentarios y aportes que surgieron a raíz de estas consignas, fueron consolidadas en un documento que será evaluado por la comisión responsable del Plan Pastoral de la Arquidiócesis de Lima.