En el país con la mayor tasa de huérfanos en el mundo por el Covid-19, escuchemos la voz de nuestros niños y niñas en esta sincera oración que nos interpela, nos conmueve, y nos convoca a construir un mundo más fraterno y solidario.
Nuestra región de América Latina y El Caribe celebra durante el mes de agosto el Día del Niño (15 de agosto en Perú), fecha que recobra trascendencia al recordar que millones de niños permanecen encerrados en casa por la dura crisis sanitaria que vivimos en todo el planeta.
A más de un año del inicio de la Pandemia, nuestros niños vienen sobrellevando situaciones extremas. Recientes hallazgos estiman que, a escala global, más de 1,13 millones de niños perdieron al menos a uno de sus padres, abuelos o cuidadores por causas relacionadas con el virus. En el Perú, uno de cada 100 niños ha quedado en orfandad, la tasa más alta en el mundo según una investigación de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Le siguen Sudáfrica, México, Brasil, Colombia, Estados Unidos y Argentina.
A ello se le suma la amenaza de una catástrofe educativa ante los diez millones de niños en el mundo que podrían verse obligados a abandonar la escuela debido a la crisis económica generada por el coronavirus. Las enormes brechas digitales también afectan a los poblados más remotos, principalmente a las comunidades indígenas.
Como bien afirmó el Papa Francisco en el relanzamiento del Pacto Educativo Global: «Necesitamos escuchar la voz de los niños, y los jóvenes a los que transmitimos valores y conocimientos, para construir juntos un futuro de justicia y paz, una vida digna para cada persona».
Una oración que nace del corazón de los niños.
En nuestra Arquidiócesis de Lima hemos escuchado la voz de nuestros niños y niñas, una voz que nos interpela desde su fragilidad y nos convoca a construir un mundo más fraterno, más solidario, dejando de lado nuestros egoísmos y pensando en el bien común.
«Jesús, Tú que eres bueno, ayúdanos a que se vaya este virus. Que la gente pueda ir a vacunarse y ya no tengan miedo a la inyección», dice parte de esta hermosa oración compuesta por las propias palabras de niños y niñas entre 3 a 12 años.
Hola Jesús: la oración de los niños
¡Hola Jesús!
Hay algo que quiero decirte…
Me estoy portando bien,
Pero no me gusta dormir solo
Y a veces no quiero lavarme los dientes
Paso todo el día en casa
porque hace más de un año que tengo clases por Internet
¿Tú sabes cuándo volveremos al colegio?
¿Tú sabes cuándo acabará esto?
En casa nos cuidamos mucho.
Mi mamá desinfecta todas las cosas del mercado.
Tengo que lavarme siempre con agua y con jabón,
porque muchas personas han muerto por el coronavirus.
¿Tú sabes dónde están ahora?
¿Los puedes ver?
Quiero pedirte por todas las familias del mundo,
por los niños que se quedaron sin sus padres,
y por las mamás que se quedaron sin hijos.
Por los pobres y los enfermos de Covid-19.
Mi mamá trabaja mucho y mi hermano estudia un montón.
Cuida a todos los que están fuera de casa.
A los doctores y los enfermeros,
a los que venden en los mercados
a la señora que vende periódico
al señor que maneja la ambulancia
y al señor que recoge la basura por las noches.
Que todos lleguen a casa sin contagiarse
¿También puedes cuidar a los que roban celulares?
¿Y a los que se han portado mal?
A los que no usan mascarillas
Y a los que tienen las manos cochinas
Jesús, Tú que eres bueno,
ayúdanos a que se vaya este virus.
Que la gente pueda ir a vacunarse
y ya no tengan miedo a la inyección.
Para que pueda jugar con mis amigos,
para ir a la casa de mis primos
y volver a ver a mi abuelito.
Para visitar a mi tío en el cementerio
y rezar por los que están descansando.
Para acompañar a mi mamá en el trabajo
y abrazarnos todos de nuevo.
Te lo pido con todo mi corazón
Amén.
Nos unimos en espíritu y en oración a los cientos de miles de niños de nuestro país y del mundo que han quedado en la orfandad. Oramos por ellos, por sus familias y por el gran anhelo que tenemos de reencontrarnos abrazados, resucitados todos.
Referencias:
Estudio: Estimaciones mínimas mundiales de niños afectados por la orfandad asociada al Covid-19 y la muerte de los cuidadores: un estudio de modelo. Por: Susan D Hillis, doctora en Filosofía; H. Juliette T. Unwin, PhD; Yu Chen, MSc; Lucie Cluver, PhD; Lorraine Sherr, PhD; Philip S Goldman, MA; et al.