En uno de los barrios más humildes de Chorrillos, la Capilla Nuestra Señora de la Evangelización, acogió a decenas de migrantes que participaron en la Semana Sinodal de Lima con sus preguntas, opiniones y sugerencias. La mirada de los migrantes, en la constitución de una Iglesia en salida, aportará al trabajo pastoral de nuestro plan arquidiocesano.
La Semana Sinodal de la Iglesia de Lima ha comenzado con el mensaje esperanzador de los jóvenes universitarios, quienes se reunieron en las instalaciones de la Universidad Nacional de Ingeniería, junto al Arzobispo de Lima, para abordar el tema de la sinodalidad. Ahora, es el turno de la comunidad de migrantes, que intervino en un diálogo abierto bajo la guía del Padre Luiz Carlos Do Arte, de la congregación scalabriniana; y el Padre Juan Armando Goicochea, Vicario Episcopal de la Pastoral Arquidiocesana.
¡Respeto mutuo! El llamado de los migrantes en la asamblea sinodal.
Entre las reflexiones más destacadas, nuestros hermanos migrantes hicieron hincapié en las necesidades latentes que viene afrontando la comunidad: estadía, alimentación y salud. También resaltaron la importancia de que se trabaje en la tolerancia y el respeto hacia los extranjeros. ¡Respeto muto!, fue el llamado que hicieron durante su intervención.
De igual manera, los grupos migrantes agradecieron la encomiable labor de la Iglesia para crear refugios y espacios de acogida a tantos hermanos que llegan a nuestro país en condiciones de necesidad. Además, señalaron que se requiere mayor apoyo para los emprendimientos y asesoría legal migratoria. «La estabilidad emocional y la estabilidad laboral ayudará a que tengamos una mejor calidad de vida», expresaron.
Migrantes somos todos.
Después de escuchar los aportes de distintos representantes de la comunidad de migrantes, el Padre Do Arte saludó el clima de sinceridad en el que se desarrolló el encuentro sinodal, y remarcó la tarea especial que tiene la Iglesia de saber escuchar los sentires y las dificultades de nuestro pueblo.
«Todos, en este mundo, somos aves de paso; por lo tanto, migrantes somos todos, personas de movilidad que estamos todos de paso. Nadie está permanentemente, y tenemos que saber compartir la gratitud de estar en este espacio; recordemos que cada uno, en comunión, participando activamente, tenemos la misión de ser feliz», manifestó Luiz Carlos Do Arte.
Los migrantes son nuestros hermanos ¡No hay diferencias!
Por su parte, el Padre Goicochea recordó que la Iglesia de Lima viene realizando una laboral pastoral y social en favor de todos, y precisó que el trabajo de los agentes pastorales es imprescindible para que nadie se sienta excluido: «No esperen que alguien vaya a tocarles la puerta… ¡Mézclense con la comunidad! Ustedes son nuestros hermanos y no hay diferencias. Estamos aquí porque queremos conocerlos, hacer amistad, compartir experiencias y darnos la mano mutuamente», acotó.
Durante el tiempo de conversación, los grupos de migrantes respondieron las siguientes preguntas:
– ¿Cuáles son los lugares y herramientas de diálogo para acoger en la Iglesia y sociedad a los migrantes?
– ¿Cómo promovemos la colaboración entre migrantes y comunidad que les acoge?
– ¿Cómo se abordan las diferencias culturales, puntos de vista, conflictos y dificultades?
– ¿A qué problemática de los migrantes, la Iglesia y sociedad debe prestar más atención?
La respuesta a estas preguntas abiertas, así como los comentarios y aportes que surgieron a raíz de estas consignas, fueron consolidadas en un documento que será evaluado por la comisión responsable del Plan Pastoral de la Arquidiócesis de Lima.
Cómo participar de la Semana Sinodal de manera virtual.
En el siguiente video, te explicamos cómo puedes registrar tus aportes de manera virtual en la Semana Sinodal de Lima, una oportunidad para escuchar todas las voces de los grupos más representativos de nuestra sociedad.