Mons. Castillo: Dios nos llama a acoger a todos sin distinción

En la homilía de este IV Domingo de Cuaresma, el Arzobispo de Lima hizo un llamado a superar nuestras diferencias y saber acoger como cristianos a todos sin distinción, como lo hizo el padre del hijo pródigo: «Tenemos que acoger a los que están más confundidos y a los que sufren». Carlos Castillo pidió capacidad de reconciliación para sobreponernos al deseo y la ambición, al capricho y al egoísmo que vienen de la desesperación y el deseo de poder.

Leer transcripción de homilía de Monseñor Castillo.

Al celebrarse el 105 aniversario de la Pontificia Universidad Católica del Perú, la Basílica Catedral de Lima abrió sus puertas para recibir a sus principales autoridades, rector, vice-rectores, decanos y autoridades civiles, en una Celebración Eucarística que conmemoró el inicio del IV Domingo del Tiempo de Cuaresma.

Acompañado de sus obispos auxiliares, incluyendo la presencia del Nuncio Apostólico en el Perú (Monseñor Nicola Girasoli), el Arzobispo de Lima aseguró que la comunidad universitaria de la PUCP, imitando a Jesús, tiene la misión de «mezclarse entre las inquietudes de los tiempos y los problemas de nuestro país para comprenderlos, reflexionarlos, y tratar de guiar y educar para que exista una esperanza, dentro de nuestra Patria, con la pequeña semilla del Evangelio».

Para poder vivir nuestra misión, necesitamos mezclarnos. Y para mezclarnos necesitamos ser como Jesús, el cual, no conociendo pecado, “Dios lo hizo pecado” para liberarnos a todos del pecado.

Comentando el Evangelio de Lucas (15, 1-3. 11-32), que narra la Parábola del Hijo Pródigo, Monseñor Castillo explicó que el Señor quiere que comprendamos que nuestra misión es anunciar el Evangelio en distintas situaciones, especialmente en la compleja realidad del mundo que nos ha tocado vivir, para conversar, debatir, acoger y vivir como el Padre celestial también acoge al pecador:

Nuestro país está muy necesitado de esa capacidad de acoger. Y acoger como cristianos a todos sin diferencias, pero especialmente a los que están más confundidos, a los que sufren, a los jóvenes que necesitan orientación y necesitan resolver sus preguntas con respuestas adecuadas y justas.

El Primado de la Iglesia peruana aseguró que necesitamos no solamente que el Padre nos acoja, «necesitamos instituciones oficiales del Estado que sean el lugar de acogida de todos los peruanos», porque, «desde los orígenes de nuestra Patria, los pensadores católicos que ayudaron a enfrentar esa tragedia que fue el caudillismo, fueron hermanos nuestros que aportaron la idea de un Estado en donde el bien común se defendiera».

«El Santo Padre dijo hoy, en el Ángelus, que Dios siempre perdona, siempre llama a acoger a todos, no hace distinciones de personas. Por eso, en la Parábola, el padre ama también al hijo mayor que, aunque ha estado con él, tiene una rigidez hacia el prójimo porque ya no se ve como hermano, es decir, una rigidez para comprender las cosas, porque se basa únicamente en los mandamientos y no comprende las relaciones de amor que nos surcan a todos», reflexionó el prelado en su homilía dominical.

En este periodo nuevo que comenzamos, podremos, entre nosotros, con este pequeño ejemplo de entendernos, de perdonarnos y de pedirnos perdón, poner la semilla de un país que necesita la capacidad de reconciliarse, pero que debe hacerse también con justicia, con verdad y no como componenda.

Finalmente, dirigiéndose a las principales autoridades de la PUCP, Monseñor Castillo agregó: «Que este camino que han hecho durante estos 105 años haga posible que retomemos el camino de nuestros primeros fundadores de la Patria, en donde instituyeron una república participativa y no solo representativa; en donde nos dieron la pieza del bien común. También así ha sido con la PUCP, con el Padre Jorge Dintilhac, con el Padre Mc Gregor, y con varios de los rectores laicos, algunos aquí presentes, que nos han enseñado cómo se trajina todos los días para hacer posible un testimonio cristiano en medio de los horizontes culturales más complejos y las dificultades más grandes que estamos viviendo».