«Toda la Iglesia a nivel mundial se dispone, en el camino sinodal, a ponernos en sintonía los unos con los otros, siempre teniendo en cuenta al Señor, para reformar la Iglesia y ser, efectivamente, luz del mundo; y limpiar a la Iglesia de tantas heridas y males que todavía arrastramos y que tenemos que corregir juntos», es la reflexión que nos deja el Arzobispo de Lima en este domingo XIII del Tiempo Ordinario. (leer transcripción).
La Eucaristía celebrada en la Catedral de Lima, contó con la participación de diferentes grupos familiares convocados por la Comisión de Familia y Vida. Unidos en el nombre del Señor, nuestras comunidades parroquiales se preparan para vivir una gran jornada familiar y diocesana bajo el lema: «El amor familiar: vocación y camino de santidad».
Al inicio de su homilía, Monseñor Castillo afirmó que el relato de Lucas (9,51-62), nos permite comprender la importancia de hacer definiciones en nuestra vida que nos ayuden a corregir y madurar. Cuenta el Evangelio que Jesús toma la decisión de ir a Jerusalén, pero, ante el rechazo recibido en una aldea samaritana, dos de sus discípulos, Juan y Santiago, toman una actitud violenta y revanchista. («Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?»)
¿Qué sucedió con ellos? El Arzobispo de Lima explicó que, tanto Juan como Santiago, tenían una enorme ilusión en Jesús, al punto de representar sus rivalidades con el pueblo samaritano, en la figura del Señor. «Ellos pensaron que Jesús va a Jerusalén para cambiar las cosas y hacer una especie de revolución, pero no se trataba de una revolución armada, sino de una conversión, que es lo que la Iglesia siempre predica, sobre todo, en las situaciones difíciles. En su época, Israel vivía una situación sumamente grave de conflictos, de tensiones, en gran parte ocasionadas por el imperio romano, y también, por los sacerdotes de Israel, que se hicieron cómplices del imperio romano e hicieron una religión malsana, a espaldas de las necesidades de la gente, sin misericordia, y completamente ligados a cuestiones de dinero y de poder».
Leer transcripción de homilía del Arzobispo de Lima.
Superar las ‘locas ilusiones’ y decidir el camino de la sinodalidad.
Pero Jesús quiere que dejemos de lado nuestras fascinaciones y ‘locas ilusiones’ y, especialmente, aquellas costumbres de desprecio entre pueblos que hemos arraigado a lo largo de la historia: «Nosotros, todos, tenemos ilusiones, y las consecuencias de las ilusiones son el olvido del sentido de las cosas(…) ¿Qué dice el Papa Francisco? Lo mismo que Jesús. El Papa Francisco ha tomado libremente la decisión de ir hacia la sinodalidad y hacia un mundo nuevo basado en el Reino de Dios. Y ese camino seguro, firme, es a través de la sinodalidad», afirmó el prelado.
El Papa está decidido a que la humanidad pueda revertir este momento de crisis y desesperación con solidaridad y fraternidad; por eso ha escrito la Fratelli Tutti, porque ha decidido emprender, con la Iglesia, el camino sinodal para ser ejemplo y ayuda al mundo, para ayudarlo a convertirse y no entrar en el caos y destruirnos todos.
Monseñor Castillo reiteró que no podemos continuar por la vida con la falsa ilusión de que todo se soluciona fácilmente: «Hay que ir a lo más profundo, poco a poco, armando y desarmando, poniéndose de acuerdo, discutiendo y aclarando (…) Lo que importa es que, cristianamente, aprendamos a resolver juntos estos problemas, a debatir, a aclarar, y a ponernos en sintonía los unos con los otros, siempre teniendo en cuenta al Señor. Toda la Iglesia a nivel mundial se dispone, en el camino sinodal, a tomar esa decisión, para reformar la Iglesia y ser, efectivamente, luz del mundo; y limpiar a la Iglesia de tantas heridas y males que todavía arrastramos y que tenemos que corregir juntos».
La actitud de saber ceder ante el Señor y servir a los demás.
El obispo de Lima ha resaltado la importancia de saber ceder ante el Señor y no ante nuestras pasiones. Eso implica tener una actitud de servicio y grandeza de corazón, la misma que tuvo Jesús para decidir ir a la Jerusalén por la cual llora. “¡Jerusalén, Jerusalén!, que matas a los profetas. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina reúne a los pollitos!”, dice el Señor.
Pero Jesús también advierte que el camino va a ser duro: “Los zorros tienen madrigueras y los pájaros nidos; pero el Hijo del Hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”, advierte el Señor para corregir cualquier ambición de poder y dinero en sus discípulos; advierte para recordarnos que nuestra misión no será fácil: «Es muy difícil este camino, hermanos y hermanas, pero es el único camino que nos permite sellar al mundo con el amor gratuito de Dios; es el único que permite que las épocas continúen y cambien y mejoren», reflexionó el arzobispo.
Actuar según la vocación es una cosa fundamental que el Señor nos recuerda; y esa vocación es, siempre, la suya, la del Hijo del Hombre que viene a servir y no a ser servido.
Solidaridad con la comunidad jesuita.
En otro momento, Monseñor Carlos expresó su solidaridad con la comunidad jesuita por el asesinato de dos sacerdotes de su congregación en una iglesia de Chihuahua, México. «Los padres jesuitas entregaron su vida cumpliendo su misión, y su misión era muy sencilla: acoger a un herido en la Iglesia, que para eso están las iglesias; y entonces, entraron los sicarios y los asesinaron a ellos».
Si queremos anunciar que Dios reina en el mundo, necesitamos seguir adelante con Él. Y hemos de seguir también construyendo familia, a pesar de las adversidades, porque ella es también una figura del Reino de Dios. El Señor que nos define y nos transforma, nos dará todos los recursos y las formas de actuar necesarias para que el Reino de Dios llegue y el mundo viva gracias a su sello de amor gratuito.
Familias misioneras que llenen de amor el mundo.
Finalmente, en el marco del X Encuentro Mundial de las Familias, Monseñor Castillo hizo un llamado a saber reconocer el valor y el aporte de todos los miembros de la familia, superando toda costumbre de desprecio y cerrazón entre familias.
El Señor, abriéndonos a su camino, abre la familia a un amor más universal y en favor de todos, corrige nuestro exclusivismo y nos hace familias misioneras que llenan de amor el mundo.
El amor familiar es una vocación y camino de santidad.
Antes de la bendición final, Monseñor Guillermo Elías, obispo encargado de acompañar a la Comisión de Familia y Vida de nuestra arquidiócesis, anunció las acciones que se realizarán en el mes de septiembre con motivo del Encuentro de Familias 2022: «Habrá acciones parroquiales con el inicio del mes de la familia, luego habrá acciones decanales, habrá acciones vicariales, y un encuentro de toda la diócesis con las familias», comentó emocionado.
Monseñor Elías adelantó que las comisiones familiares de nuestras parroquias se vienen preparando en sintonía al X Encuentro Mundial de las Familias convocado por el Papa Francisco. En representación de las familias de nuestra diócesis, fue revelado el lema que acompañará y guiará este proceso de diálogo en el corazón de nuestras iglesias: «El amor familiar: vocación y camino de santidad».