Mons. Castillo: Seguir al Señor a través del servicio y la caridad

En la Liturgia de hoy, el Señor nos invita a la aventura de compartir el amor que Dios ha repartido en toda la humanidad. Este puede ser un camino sencillo – aseguró Monseñor Castillo – si nos dejamos llevar por el Espíritu del Señor y ofrecemos nuestra vida en servicio y acción caritativa a los demás. Para ello, debemos superar los prejuicios e intereses particulares que nos alejan del sentido de hermandad en el Perú.

En su comentario del Evangelio de Juan (6,60-69), Monseñor Castillo reflexionó sobre lo que implica seguir al Señor en las diferentes circunstancias de la vida. Aunque en su paso por la humanidad dejó signos de amor gratuito, delicadezas y milagros, algunos de sus discípulos sentían que el modo de hablar de Jesús era «duro».

Para comprender esta expresión, el arzobispo de Lima propuso un contraste de la vida religiosa en tiempos de Jesús, y que se centraba en una serie de ritos, holocaustos y sacrificios en el templo, lo cual representaba una carga muy dura para la gente. Seguir a Jesús, en cambio, es gratis y no implica ningún tipo de condicionamiento, sin embargo, ello también significaba estar dispuesto a servir. Para los discípulos, que tenían la sombra de esta religión acostumbrada al cumplimiento de reglas, les resultaba más fácil hacer las cosas por cumplir que compartir la vida en servicio.

Afrontar la vida juntos para que haya amor y nos tratemos bien requiere inteligencia, sabiduría y profundidad. Y ese camino, a veces, se nos hace «duro» y difícil.

La invitación de Jesús se extiende a todos los cristianos que, ante las dificultades de la vida moderna, debemos encontrar maneras nuevas de responder a las exigencias del amor de Dios. En ese sentido, la presencia de Cáritas Lima y nuestros hermanos bomberos voluntarios veteranos, son dos testimonios importantes que nos recuerdan que la Iglesia no solo es un lugar de culto, también es el punto de encuentro para generar comunidades de servicio y acción caritativa, sin imponer normas rígidas, sino actuando en libertad.

Lamentablemente, vivimos habituados a hacer las cosas «a nuestro estilo», es decir, con indiferencia y egoísmo, cambiando leyes a conveniencia de unos pocos, haciendo negocios y produciendo ganancias a espaldas de las necesidades de la gente. Pese a ello, el Señor viene a decirnos que seguirlo no es un camino difícil si nos dejamos llevar por su amor.

Entregar nuestra vida al servicio de los demás

El Primado del Perú hizo un llamado a superar aquellos prejuicios que nos impiden establecer lazos de fraternidad verdadera, sobre todo, en un país con diversas culturas como el nuestro. Para ello, es necesario superar las barreras del racismo y la discriminación, propagando ese deseo profundo de ser hermanos.

Monseñor Castillo concluyó su reflexión dominical citando las palabras de Pedro: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios». De igual manera, todos estamos llamados a confiar en Jesús y estar dispuestos a «complicarnos» la vida por servir a los demás: «Y no importa si perdemos la vida porque así la perdió el Señor, en un paraje del camino. Él entregó su vida y nos dejó su Espíritu para que todos sigamos adelante», agregó el Prelado.

La Eucaristía de este domingo XXI del Tiempo Ordinario fue ofrecida por los 56 años de vida institucional de Cáritas Lima y por el Día del Bombero Voluntario Veterano en el Perú. A vísperas del Día del Adulto Mayor, Monseñor Castillo elevó una especial intención por todos nuestros ancianos.