«Una autentica fe nunca debe ser cómoda e individualista, es un profundo deseo de cambiar al mundo, de trasmitir valores, es una decisión constante», son las palabras de Monseñor Guillermo Elías, obispo auxiliar de Lima, quien estos días participó en el retiro parroquial «Somos Cuerpo de Cristo».
Monseñor Elías participó como principal expositor en el retiro espiritual organizado por la Parroquia San Pablo de la Cruz. Fueron varios días de jornada, reflexión y oración dirigido a todos los agentes pastorales de los diferentes ministerios que conforman la comunidad parroquial. El retiro se realizó en marco de las acciones previas al desarrollo del Plan Pastoral 2023.
Nuestro obispo auxiliar reflexionó sobre la importancia de replantear el sentido que tenemos como cristianos y miembros de la Iglesia, a partir de la experiencia que vivimos en la comunidad parroquial:
«En medio de la comunidad hemos experimentado, en el camino, a Jesús vivo y resucitado; en medio de la comunidad, tomamos conciencia de que el Cuerpo de Cristo somos Todos. Este proceso nos invita a sentiros activos, miembros responsables de la Parroquia, descubriendo nuestros dones y carismas puestos al servicio de la Iglesia», recalcó.
Servir al hermano y no servirme de él.
En su segunda presentación, Monseñor Elías habló sobre el sentido de nuestro catolicismo, que pasa por «querer servir al hermano y no servirme de él». Y agregó: «Ser católico implica una decisión constante, es pertenecernos uno al otro. El desafío es claro: tenemos que ser diferentes. ¡Amen como Dios nos ama!», precisó.
La aceptación del primer anuncio, que invita a dejarse amar por Dios y a amarlo con el amor que Él mismo nos comunica, provoca en la vida de la persona y en sus acciones, una primera y fundamental reacción: desear, buscar y cuidar el bien de los demás.
El retiro «Somos Cuerpo de Cristo» culminó con una Eucaristía presidida por Monseñor Elías y concelebrada por el Padre Ever Venegas. En la homilía, nuestro obispo manifestó que es necesario «ir más allá de la letra y vivir su sentido, porque no basta si luego se vive un amor salpicado por la doblez y la falsedad. La escritura dice “no jurarás en falso”, pero no basta hacer un juramento solemne si luego se actúa con hipocresía (cf. Mt 5,21-37). Así no hay cumplimiento».