Este fin de semana, Monseñor Juan José Salaverry Villarreal visitó la “ciudad de los cien horizontes”, Asolo, donde fue designado obispo titular en 2021. El también obispo auxiliar de Lima fue recibido por Monseñor Giacomo Lorenzon. Luego, por la tarde, realizó una visita de cortesía al obispo de Treviso, Monseñor Michele Tomasi, en el Obispado.
Escribe: Bruno Desidera (traducido al español).
«Al recibir, a principios de 2021, la bula de nombramiento como obispo auxiliar de Lima, había leído también el nombramiento simultáneo como obispo titular de Asolo. Pensé en alguna ciudad antigua que ya ha desaparecido… un montón de ruinas. En cambio, me explicaron que Asolo existe y es una comunidad cristiana muy viva. Ahora pude conocer directamente esta realidad», así lo afirmó Monseñor Juan José Salaverry, que visitó ayer la «ciudad de los cien horizontes» tras un encuentro en el Vaticano, recibido por el párroco, monseñor Giacomo Lorenzon. Luego, por la tarde, realizó una visita de cortesía al obispo de Treviso, Mons. Michele Tomasi, en el Obispado.
Monseñor Salaverry, religioso dominico, ejerce su ministerio en la inmensa capital peruana (el área metropolitana de Lima tiene unos 10 millones de habitantes), junto al arzobispo Carlos Castillo Mattasoglio y los demás obispos auxiliares. Sin embargo, como es sabido, a los obispos sin sede propia (por ejemplo, los auxiliares, los que trabajan en los dicasterios vaticanos, los nuncios apostólicos, los vicarios apostólicos) se les confía la sede de una diócesis ya «suprimida», que en muchos casos coincide con una ubicación geográfica precisa y con una catedral, para seguir teniendo como referencia a una parte del Pueblo de Dios, aunque sin atención pastoral directa.
Este es el caso de Asolo, que no es una diócesis efectiva desde el año 969, cuando se incorporó a la diócesis de Treviso, en el noreste de Italia. Pese a ello, sigue existiendo un importante vínculo espiritual y, desde su nombramiento, Mons. Salaverry ha querido visitar Asolo.
La oportunidad se presentó este jueves 22 de septiembre: «Fui bien recibido por el párroco, los otros sacerdotes, las religiosas y los agentes de pastoral. Me gustó mucho la catedral, tan rica en obras de arte. También visité la Iglesia de San Juan Bautista, en Pagnano, y vi la belleza de la ciudad y sus edificios. Me gustó mucho encontrar estatuas de Nuestra Señora del Rosario, de la que soy muy devoto», contó Salaverry.
«Me llamó la atención la relación de estos lugares con la naturaleza. Son una invitación a la contemplación», ha expresado el obispo auxiliar, que tuvo una «visita discreta y sencilla» a solicitud propia, pero que fue suficiente para reconfortarle al constatar la viveza religiosa y cultural de Asolo.
Monseñor Juan José también se mostró muy contento sobre la reunión que tuvo en el Vaticano con los otros obispos recientemente nombrados: “De los 179 obispos que participaron, había un grupo importante de América Latina. Hemos tratado muchos temas de gran relevancia eclesial. En particular, durante el encuentro con el Papa, fuimos invitados por el Santo Padre a un diálogo abierto y prolongado”, afirmó.
El obispo auxiliar ha prometido un retorno más prolongado en una próxima ocasión. Por ahora, es momento de volver a la gran Lima, «muy recargado», justo a tiempo para vivir el «mes morado», dedicado al Señor de los Milagros.