En el XII Domingo del Tiempo Ordinario, Monseñor Guillermo Cornejo, Obispo Auxiliar de Lima, presidió la Celebración Eucarística y envió una especial bendición en el Día del Padre: «Este es un día grande donde tenemos que demostrar todo nuestro cariño y nuestro amor a nuestros queridos papitos, teniendo como ejemplo a Dios Padre, teniendo como ejemplo grande a nuestro querido San José en este año que le dedicamos, agradeciendo su vida, su testimonio, padre adoptivo de Jesús», expresó durante su homilía.
Comentando el Evangelio de Marcos (4,35- 40), que narra el acontecimiento de la tempestad calmada, Monseñor Cornejo explicó que debemos estar preparados para enfrentar situaciones de dificultad: «aunque parezca que todo está perdido, a nadie le preocupa más lo que nos ocurre que a Jesús. Él es verdadero hombre, es el verdadero Dios que se levanta a increpar al viento y el mar», agregó.
Guillermo Cornejo hizo un llamado a confiar siempre en nuestro Señor Jesucristo, a creer con esperanza y con fe aún en las realidades adversas: «el amor de los padres es el gran amor que más se parece a Dios, porque es un amor desinteresado, porque dan la vida por sus hijos. Seamos papitos con amor, con ternura, siguiendo el ejemplo de nuestro San José. Súbete a la barca de la familia sin miedo en el Señor y apoya a tus hijos siempre con amor», recalcó.
El Obispo Auxiliar de Lima ha subrayado la importancia de tener una actitud más humana y solidaria en este tiempo de Pandemia, especialmente ahora que nos encontramos a puertas del Bicentenario: «necesitamos cambiar nuestro Perú, dejar de lado las diferencias y los partidismos para actuar en favor de los más necesitados. No tengamos miedo a la Pandemia, no tengamos miedo a los más necesitados, no tengamos miedo a decir la verdad, no tengamos miedo a convertirnos, no tengamos miedo a cambiar nuestra vida, a ser iguales, a saber perdonar, a saber perder, a saber pedir perdón, a ser bondadosos, a ser testimonio de vida», aseguró.
El amor del Padre es todo un testimonio de vida, tengamos fe, esperanza y caridad, seamos muy humildes y sencillos. Todo esto nos debe de hacer cambiar, mejorar, ser otros.