Los Obispos del Perú, compartimos los sufrimientos y las grandes incertidumbres que vive actualmente nuestro amado país. Hoy como ayer, Jesús se nos acerca en plena tormenta y sube a nuestra barca. Con su presencia nos dice que no estamos solos, que tenemos motivos de esperanza siempre y cuando todos caminemos juntos para curar las heridas de nuestro pueblo:
1. Observamos con profunda preocupación que la polarización política extrema crea incertidumbre en el País, y repercute en todos los ámbitos de la sociedad sobre todo en la vida de los más pobres y vulnerables. A la vez afecta cada vez más los valores de la convivencia humana en el respeto mutuo, la tolerancia y la responsabilidad social.
2. El penoso e histórico olvido del estado de miles de compatriotas de las periferias del país, acentúa las grandes desigualdades sociales y produce dolor y resentimiento. Así mismo, crece la desconfianza entre las autoridades y los ciudadanos, acentuada por los últimos acontecimientos electorales y políticos que se dan en el contexto del bicentenario de la independencia nacional.
3. Muchos compatriotas sufren por la falta de trabajo, el alto costo de vida, y por el temor a invertir en nuestro país. Lo cual se agrava por la amenaza latente de una tercera ola del Covid 19.
4. Los padres de familia, primeros responsables de la educación de sus hijos, siguen preocupados ya que con la educación virtual no se han logrado muchos de los objetivos de su aprendizaje. Muchos alumnos/as en extrema pobreza no han podido acceder a clases digitales. Además, muchos niños/as y adolescentes presentan signos claros de una afectación a su salud mental y emocional por la falta de contacto directo con sus maestros y con sus compañeros de estudio.
5. Apelamos con insistencia al gobierno por la provisión de las vacunas necesarias para todos, y al mismo tiempo invocamos a todos los peruanos a vacunarse, como una expresión de responsabilidad para consigo mismos y para con los demás en nuestra lucha común contra el virus que sigue amenazándonos.
6. Queremos seguir ejercitando nuestro derecho a expresar nuestra fe de manera libre y responsable y garantizando la seguridad sanitaria. Desde nuestra fe aportemos a la reconciliación y superación de las polarizaciones, generando una cultura de encuentro y de diálogo. La intolerancia, la indiferencia y la discriminación no deben seguir primando en nuestra convivencia.
7. En este momento crucial de nuestra historia caminemos juntos buscando la reconciliación y el bienestar de todos, porque necesitamos una comunidad que nos sostenga en los mismos objetivos y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante.
8. Superemos la desilusión, saliendo de nosotros mismos y de nuestros propios intereses. Digamos sí a la cercanía y no al aislamiento, sí a la cultura del encuentro, no a la cultura del enfrentamiento.
9. Recalcamos que en la búsqueda del bien común y la democracia, no ayuda utilizar el mecanismo político de exasperar, exacerbar y polarizar, sino por el contrario utilizar los previstos en nuestra Constitución y el sistema legal vigente, para lograr los fines antes mencionados.
10. Orientemos la democracia hacia la libertad, evitando todo autoritarismo. Hacia la igualdad combatiendo toda forma de discriminación y pobreza. Y hacia la fraternidad, promoviendo la amistad social y el cuidado de nuestra gran diversidad cultural y rica biodiversidad.
11. Reiteramos nuestra disponibilidad al diálogo con las autoridades del Gobierno, pues, para construir un Perú de todas las sangres, necesitamos amar y servir a nuestra Patria más que a nuestras propias ideas, personales o grupales. Por eso, apelamos al compromiso responsable de todos los ciudadanos y en especial de las autoridades gubernamentales, para trabajar unidos por el bien común a través de Mesas de Diálogo.
12. La Iglesia, tiende sus manos y reitera su disposición para tender puentes y trabajar unidos en fraternidad y amistad social, por el bien común, el desarrollo humano integral y para fortalecer nuestra frágil democracia.
Que el Señor de los Milagros bendiga al Perú.
Los Obispos del Perú