Obispos peruanos: que el gobierno no abandone a los pueblos amazónicos

La Obispos de la Selva Peruana ante el COVID-19, en un comunicado instan al gobierno, en coordinación con las organizaciones indígenas y populares, a establecer una estrategia sanitaria de emergencia adecuada a la realidad indígena y rural de la Amazonía, la cual deberá tener en cuenta la diversidad cultural, heterogeneidad existente y los saberes indígenas.

En un comunicado, los obispos de la región amazónica Peruana reconocen el esfuerzo que realiza el gobierno hacia los más vulnerables, pero constatan que aún muchos pobres no han “sido beneficiados”, sobre todo los de la región amazónica, la población “más indefensa ante esta pandemia”.

Los pueblos originarios, se lee en el comunicado, tienen niveles de desnutrición más altos que el resto de la población nacional; además, existe un creciente aumento de enfermos de diabetes e hipertensión. Los obispos señalan, además, que en los últimos años y producto de la pobreza cada vez mayor en las zonas rurales, miles de ellos han migrado, “viven hacinados en las periferias de las ciudades y son víctimas de la exclusión por parte del Estado con una deficiente cobertura sanitaria, la cual se hace más evidente ante esta pandemia”.

Muchos indígenas amazónicos, fueron a laborar temporalmente a regiones agrícolas de la costa, y “ahora pugnan por regresar a sus comunidades porque ya no tienen ingresos económicos y están padeciendo condiciones extremas de falta de alimentos y recursos mínimos para su sobrevivencia”. Los obispos piden al gobierno que los apoyen para el regreso a sus comunidades cumpliendo las medidas restrictivas contra el coronavirus.

Es urgente, afirman, que el gobierno aplique una “una estrategia sanitaria de emergencia adecuada a la realidad indígena y rural de la Amazonía, la cual deberá tener en cuenta la diversidad cultural, heterogeneidad existente y los saberes indígenas”, y asegurarles alimentos y productos de higiene y limpieza para afrontar la pandemia.

Por último, los prelados animan al pueblo de Dios, a fortalecer la Iglesia doméstica en cada hogar. Y a vivir este tiempo pascual siendo más solidarios con los vulnerables y cumpliendo las disposiciones decretadas para combatir el Covid19.  Para asistir a los contagiados, la Iglesia ha cedido al gobierno sus espacios físicos, Cáritas vicariales y parroquiales, ofreciendo además recursos humanos y económicos para aliviar esta crisis.