La Semana Sinodal de Lima ha llegado a su epicentro con la participación representativa de las madres de las ollas comunes, quienes se reunieron en una asamblea con nuestro Arzobispo Carlos Castillo. «La Iglesia es como una casa abierta para las ollas comunes. Cada vez que hemos necesitado aliento, ahí está nuestra parroquia. ¡Nunca nos cierran las puertas!, porque siempre están dando la mano amiga, una palabra de fe y de esperanza», han expresado nuestras madres.
En la Capilla Nuestra Señora de la Evangelización, de la Parroquia Cristo Misionero del Padre, ubicada en San Genaro (Chorrillos); las madres de las ollas comunes se reunieron con Cáritas Lima y representantes de la arquidiócesis limeña, para hacer sentir su voz en la Semana Sinodal.
En este encuentro también participó el Arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo; la comunidad de Misioneros Combonianos; el Director de Cáritas Lima, Jorge Herrera; y nuestro Vicario Episcopal de la Pastoral Arquidiocesana, Padre Juan Goicochea.
¡No nos sentimos solas!
El surgimiento de las ollas comunes representa una respuesta inventiva ante la falta de trabajo y los elevados índices de pobreza como consecuencia de la Pandemia. Esto ha generado que cientos de mujeres se organicen para alimentar a sus familias y sobrevivir a la hambruna extendida por el alto costo de vida.
En ese sentido, las madres de las ollas comunes se pronunciaron para reconocer el esfuerzo de la Iglesia y las Cáritas parroquiales en este tiempo de crisis global: «Como madres, ni como ollas comunes, ¡no nos sentimos solas! En este tiempo muy difícil para todos, siempre hemos sentido la presencia de la Iglesia a través de la parroquia de nuestro distrito y Cáritas Lima. Nos han brindado soporte emocional y, en muchos casos, también han brindado el apoyo con el oxígeno para muchas personas que, gracias a ello, se han salvado de morir», indicaron.
«La Iglesia es como una casa abierta para las ollas comunes».
En otro momento, las representantes de las ollas comunes han resaltado el trabajo pastoral y el acompañamiento que la Iglesia viene realizando para promover la organización social y participativa: «La Iglesia es como una casa abierta para todos nosotros. Cuando más fe necesitamos en nuestros corazones, ahí está nuestra parroquia; y esta Pandemia, así como nos ha traído penas, también nos ha traído bastante unión, porque hemos aprendido a compartir, a socializar, a ser solidarios y ayudarnos», acotaron en su reflexión.
Priman las necesidades básicas ¡No tenemos agua para cocinar!
Uno de los aspectos más relevantes durante la asamblea sinodal con las mujeres de las ollas comunes, tiene que ver con la carencia de servicios básicos, principalmente, el agua. «En mi olla no tenemos agua, y todas las mamás cargamos a diario nuestros baldes para poder cocinar. Muchas de nosotras cocinamos con leña, y a veces no nos damos abasto. Debe mejorar la capacidad de convocatoria para dar mayor apoyo a todas las ollas comunes», sugirieron.
Este pedido viene acompañado del interés y el compromiso de las madres por cocinar de manera saludable: «La parroquia de nuestro distrito nos ha dado charlas para poder cocinar adecuadamente, para combatir la anemia y evitar otras enfermedades. También nos han enseñado a cocinar saludablemente. ¡Esto debe hacerse con todas las ollas comunes!», replicaron.
Más apoyo institucional y oportunidades de empleo.
Las mujeres que trabajan en las ollas comunes insisten en la falta de apoyo de instituciones públicas y autoridades municipales. De igual manera, ellas han pedido que la contribución de la Iglesia se igual y justa para todos los comités, sin distinciones. En su opinión, una mejor organización en los procesos de recaudación de víveres y distribución, garantizará que la ayuda llegue realmente a todas las periferias.
Arzobispo de Lima: «El corazón de la mujer es el corazón de Dios»
Quien se ha mostrado entusiasmado con este encuentro sinodal, fue nuestro Arzobispo de Lima. El prelado agradeció el trabajo de movilización, organización y sensibilización que tienen nuestras madres de las ollas comunes: «¡Ansiaba mucho encontrarlas a todas juntas! Ustedes han dado muestra de que el corazón de la mujer es el corazón de Dios, porque tienen esa destreza, esa inteligencia que viene del corazón, de haber llevado en el vientre a los niños y que, por eso, nos crean la posibilidad de renacer como país, de engendrar algo realmente nuevo», remarcó.
Hemos venido porque el Papa quiere hacer que toda la Iglesia se convierta en “sinodal”, que significa hacer el camino juntos. ¿Y cómo aprendemos a caminar juntos? Con la participación de todos, de tal manera que nadie sobra.
Monseñor Castillo explicó que, por mucho tiempo, tanto en la sociedad como en la Iglesia, se piensa que, para hacer las cosas, se necesita solo poder: «Pero no hay dirigente que sepa todo. ¿Y cuándo se está en el poder verdadero? Cuando se comparte con todos, y juntos estamos en el poder», señaló el obispo de Lima. Y también agregó:
No más una Iglesia en donde hay un sabelotodo que hace y deshace lo que quiere con la gente. Construyamos una Iglesia que aprenda a escuchar, a coordinar, a promover a las personas y a caminar juntos.
Durante el tiempo de plenario, las madres de las ollas comunes respondieron las siguientes preguntas:
– ¿Cómo sienten a la Iglesia de Lima en este tiempo de emergencia? ¿De qué forma se hace presente?
– ¿Qué experiencias de diálogo y tarea compartida en las ollas pueden expresar como signo de caminar juntos?
– ¿Cuál es el mayor obstáculo que impide el caminar juntos en las ollas y que deberíamos tomar en cuenta como Iglesia de Lima?
– ¿En qué medida estamos escuchando y atendiendo a los que están en las periferias?
La respuesta a estas preguntas abiertas, así como los comentarios y aportes que surgieron a raíz de estas consignas, fueron consolidadas en un documento que será evaluado por la comisión responsable del Plan Pastoral de la Arquidiócesis de Lima.
Cómo participar de la Semana Sinodal de manera virtual.
En el siguiente video, te explicamos cómo puedes registrar tus aportes de manera virtual en la Semana Sinodal de Lima, una oportunidad para escuchar todas las voces de los grupos más representativos de nuestra sociedad.