Al conmemorarse el 50 aniversario de la Parroquia San Juan Macías, ubicada en el distrito de San Luis, Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima, presidió la Celebración Eucarística en Acción de Gracias por todos estos años de vida comunitaria, acción solidaria y evangelización.
Nuestra Arquidiócesis de Lima se llena de alegría al cumplirse 50 años desde la creación de la Parroquia San Juan Macías. Por eso, la comunidad de laicos junto a su Párroco Gildo Flores, se organizó para reencontrarse respetando los protocolos de bioseguridad.
Durante la Celebración Eucarística, Monseñor Castillo rememoró cómo fue que surgieron muchas de las parroquias de nuestra ciudad, entre ellas, la comunidad de San Juan Macías: “El Cardenal Juan Landázuri había querido que las nuevas zonas de Lima se puedan desarrollar en distintas parroquias. Habían venido muchos misioneros, y en el año 1968 hicimos un encuentro junto a los obispos auxiliares de aquella época y más de 3 mil delegados de todas las nuevas parroquias que empezaban nacer. Así empezó este gran movimiento, después del Concilio Vaticano II”, recordó el prelado.
El Señor seimpre se fija en lo pequeño para construir lo grande.
Evidentemente emocionado, nuestro Arzobispo de Lima resaltó la calidez, sencillez y unidad que siempre ha caracterizado a la Parroquia San Juan Macías: “Esta es una de las parroquias más pequeñas, pero más unida, bajo esta figura extraordinaria de San Juan Macías, uno de nuestros santos más queridos. Y es que el Señor siempre se fija en lo pequeño, para construir lo grande, siempre desde lo pequeño, para que recuerde que la pequeñez es el punto de partida para que la grandeza sea de servicio, y que luego, no se olvide de los pequeños”.
En otro momento, comentando el Evangelio de Lucas (1, 39-45), que narra la visita de María a su prima Isabel, Monseñor Castillo aseguró que es importante que todos los cristianos sigamos el ejemplo de servicio y amor gratuito de María, que siendo la Madre del Señor, no se quedó problematizada en su casa una vez que salió encinta: «Lo primero que hizo María no es seguir adentrada en el problema que ella tenía, sino se alzó, se levantó y fue de prisa para ayuda a Isabel. María no va por curiosa, va porque sabe que, siendo mayor Isabel, puede pasar algo grave, así que va a acompañarla y a servirla», indicó.
Innovar nuevas formas de vivir en situaciones complejas.
De otro lado, el Primado del Perú hizo un llamado a tener la misma actitud de María para vivir en apertura a la novedad que Dios tiene para nosotros, innovando nuevas formas de vivir en situaciones complejas y superando algunos tipos de costumbres que no son de acorde a los tiempos que vivimos:
“¿Qué pasa si hacemos las cosas simplemente porque tenemos costumbre? Pues obedecemos más a la costumbre establecida, a la ley, y nos olvidamos de la situación concreta, actuamos como autómatas, como robots. Y el robot no piensa, repite, porque no tiene imaginación, no puede enfrentar lo nuevo. Innova solamente el ser humano, porque somos imagen y semejanza de Dios que es innovador y creativo, y todos poseemos esa condición creativa”, precisó.
Si esta Parroquia ha durado todos estos años, es porque aprendió a apreciarse. Y todos estamos llamados a escucharnos y apreciarnos, como lo hizo en vida Juan Macías.
El Arzobispo de Lima exhortó a que vivamos haciendo lo justo y adecuado en cada situación, dejándonos inspirar por la fe y el Espíritu del Señor que pulula en las calles y barrios de nuestra ciudad: «¡Qué lindo es vivir inspirados! Eso nos hace sentir las cosas de otra manera, sabiendo recoger lo más neto que Dios nos ha dejado y que sea el secreto de estar metido en nosotros, los pequeños y las personas débiles», destacó.
Que el Señor nos inspire, nos aliente y nos bendiga. Bienaventurados también todos los laicos que han pasado por San Juan Macías, porque han hallado la Gracia en el Señor. Bendito el fruto de su trabajo, de su esfuerzo, de su inspiración, de su cariño y de su fe.