Resolver los problemas con la misma ternura de Jesús, con entrañas de misericordia

En este domingo XXXIII del Tiempo Ordinario, Monseñor Carlos Castillo reflexionó sobre la importancia de saber actuar ante las situaciones de crisis sin caer en la desesperación y la cerrazón, apreciando lo bueno que tenemos y desarrollando nuestra capacidad gratuita de amar con entrañas de misericordia: «Todos los seres humanos adquirimos la capacidad de sentir y vivir el don gratuito del amor que, fluida y abundantemente, nos da vida. Ésa es la primera experiencia que todo ser humano ha vivido desde el útero materno y que está en el fondo de nuestro ser para enfrentar cualquier adversidad», dijo durante su homilía. (leer PDF)

Homilía de Monseñor Carlos Castillo – Transcripción.

Comentando el Evangelio de Marcos (13,24-32), que narra la Parábola de la Higuera, el Arzobispo de Lima señaló que Jesús ha venido de forma sencilla entre nosotros para caminar en nuestras vidas y entregarse generosamente a nuestros pueblos: «Jesús muere en unas condiciones tremendas para Israel, que suponían que el cielo se había ‘cerrado’ y no había esperanza. Y Jesús sabe que esa situación continúa antes y después de su muerte, por eso, Él quiere dar aliento a su comunidad, a los discípulos, y a la vez, quiere hacerles una interpelación, un llamado», indicó.

El espíritu de secta nos lleva al endurecimiento del corazón.

Al anunciar que llegará una gran angustia donde el sol se hará tinieblas, la luna no dará resplandor, las estrellas caerán y los astros tambalearán, Jesús está recurriendo a estas imágenes simbólicas para decir que habrá una crisis, así lo explicó Monseñor Castillo: «Todo eso se caerá, dice el Señor, es decir, se caerán todas las ‘estrellas’ que teníamos, tanto las artísticas, las políticas, como las sociales, y el laberinto se apoderará de la gente. ¿Por qué? Porque los seres humanos hemos creado sistemas de vida para favorecer con enormes riquezas a pocos y mantener en pobreza a la gran mayoría del mundo. Este tipo de situaciones llevan a acentuamientos de la crisis y la oscuridad», afirmó.

Oponerse a la vacuna contra el Covid-19, por ejemplo, es una manera de acentuar una crisis, porque puede crear una situación de oscuridad mayor.

El Primado de la Iglesia peruana aseguró que, cuando en el mundo ocurre una crisis, perdemos el sentido y nos desesperamos, endurecemos el corazón: «¿Cómo se acentúan los problemas? Cuando nos volvemos estrechos y no vemos que hay problemas comunes que tenemos que resolver. El espíritu de secta es muy peligroso porque lleva entonces al endurecimiento del corazón, a la desesperación, al acentuamiento de la crisis y a la expansión de la oscuridad».

Aprender a no desesperarnos cuando ocurre una crisis.

En otro momento, el Arzobispo Castillo acotó que el Señor ha querido recordarnos, a través de sus discípulos, que el Hijo del Hombre viene en medio de las tinieblas, es decir, viene a traernos esperanza en medio de la crisis. Y al hablar de reunir a todos sus elegidos, Jesús no se está refiriendo a un grupo de privilegiados, sino a toda la gente que sufre. Por eso es que habla de los cuatro vientos, de norte a sur, de oriente a occidente, desde lo más profundo de la tierra a lo más alto del cielo.

Y para afrontar las situaciones más complejas, el Señor pone de ejemplo la Parábola de la Higuera. ¿Y qué quiere que aprendamos con esto? A no desesperarnos cuando ocurre una crisis, a contemplar cómo en el corazón de una situación terrible, hay ramas tiernas: «El Señor invita a sus discípulos a observar la ternura, aquella capacidad que tenemos todos los seres humanos, desde lo más profundo de nuestro ser, de amar», recalcó Monseñor Castillo.

La ternura va más allá del empecinamiento y la tozudez de querer hacer las cosas como yo quiero. Tenemos que ir a lo más tierno que tenemos y ayudarnos en las situaciones difíciles, para comprendernos desde lo más profundo del ser.

Todos adquirimos la capacidad de sentir y vivir el don gratuito del amor desde el útero materno.

Este actitud misericordiosa del Señor para enfrentar un camino adverso, nos recuerda al amor materno, generoso, gratuito e incodicional. El Arzobispo de Lima explicó que esta capacidad de ser gratuitos la hemos desarrollado todos desde nuestra primera experiencia en el útero materno: «Desde que estamos en el vientre materno hay una comunicación fluida entre la madre y el niño. Ambos comparten la sangre, el canto y el aire. El niño respira por el aire de la madre, el niño se nutre de la sangre de la madre, y el niño – escuchando del estómago y el corazón de la madre, del exterior – ordena los pensamientos y todos los ruidos en virtud de la palabra y del canto de la mamá», precisó.

Gracias a esta primera experiencia que recibimos antes de nacer, todos los seres humanos adquirimos la capacidad de sentir y vivir el don gratuito del amor que, fluida y abundantemente, nos da vida: «ésa es la primera experiencia que todo ser humano ha vivido y que está en el fondo de nuestro ser para enfrentar cualquier adversidad», añadió el prelado.

Todos debemos de tener un corazón entrañable, entrañas de misericordia, que son las que ha mostrado Jesús en todo su camino, incluso en el momento más crítico. Pudiendo Él vengarse de sus enemigos, decidió morir en la Cruz por ellos, porque tuvo entrañas de misericordia.

En memoria de Inti y Bryan: jóvenes del Bicentenario.

Finalmente, Monseñor Castillo recordó a los dos jóvenes que murieron durante las manifestaciones del 14 de noviembre de 2020, en medio de una fuerte crisis nacional: «Hace un año los jóvenes, desde el corazón más profundo de su ser, desde sus entrañas de misericordia, dijeron: ‘No podemos permitir que el país se vaya al caos’. Y dos ramas tiernas y muchos heridos estaban presentes ahí, y dos ramas tiernas murieron: Inti y Bryan. Ellos nos recuerdan a nosotros la ternura con la cual hemos de actuar. Valentía también, pero sobre todo ternura, cariño por el país», expresó.

Inti Sotelo y Bryan Pintado fueron jóvenes de la calle, de nuestros hogares, de nuestras plazas, jóvenes de la vida cotidiana que quisieron expresar su sentido patrio en la situación difícil que se vivió hace un año. No podemos olvidarlos.