La imagen del Señor de los Milagros recorrió los exteriores de la Basílica Catedral de Lima en la Plaza Mayor. «Hoy damos gracias a nuestro Señor y le pedimos perdón por todos nuestros orgullos, vanidades, ambiciones que destruyen la vida de los demás» – comentó en un breve discurso el Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Mons. Carlos Castillo.
Este viernes 18 de octubre, desde muy temprano, se viene realizando el Segundo Recorrido Procesional de El Señor de los Milagros. Pasado el mediodía, la imagen del Cristo Moreno llegó a la Plaza Mayor de Lima recibiendo los homenajes de Palacio de Gobierno y la Municipalidad de Lima.
Lo mismo ocurrió en los exteriores de la Basílica Catedral de Lima, donde fue recibido por Monseñor Carlos Castillo, acompañado del obispo auxiliar de Lima, Mons. Guillermo Elías.
«Todos los trabajadores del Arzobispado de Lima en todas sus sedes han querido hoy unirse a nuestra fe agradeciéndole al Señor de los Milagros por su compañía. Y el Señor que es nuestro servidor, el único Dios revelado como aquel que se anonadó para darnos vida, que se negó a sí mismo para darnos su amor, es aquel que nos enseña poco a poco a ser mejores servidores», expresó.
En seguida, invitó a los miles de fieles congregados a repetir la siguiente oración:
Te suplicamos, Señor que manifiestes tu bondad,
salva a todos los que sufren la mentira y la maldad.
Ten piedad de los humildes, a los caídos levanta,
hasta el lecho del enfermo acerca tu mano santa,
entra en la casa del pobre y haz que su rostro sonría;
para el que busca trabajo se Tú, fuerza y compañía.
A la mujer afligida dale salud y reposo,
y a la madre abandonada un buen hijo generoso.
Encuéntrale Tú el camino al hijo que huyó de casa,
al pescador perdido, al vagabundo que pasa.
Que el rico te mire en cruz, con sus hermanos comparta,
que no haya odios ni envidia entre tus hijos iguales.
Da al gobernante justicia, al poderoso humildad,
a los que sufren conciencia, y a todos tu caridad.
Venga a nosotros tu reino, perdona nuestros pecados
para que un día seamos con Cristo resucitados.
Tú Señor, que puedes esto y mucho más todavía,
recibe nuestra alabanza, por Jesús y con María.
«Queremos pedirle al Señor de los Milagros que, haciéndonos servidores gratuitos, demos vida a todo nuestro pueblo y seamos un milagro para todos ustedes», concluyó.