Virgen del Carmen: Madre en la adversidad, dispuesta a escucharnos

Nuestra Arquidiócesis de Lima  se une a las festividades de la Santísima Virgen del Carmen y conversó con la madre Ana María de la Inmaculada Concepción, Carmelita Descalza, Priora del monasterio de la Virgen del Carmen, en el Cercado de Lima.

Según Ana María, los fieles peruanos, especialmente nuestros hermanos de Barrios Altos, tienen una tradición muy especial en honor a la Virgen del Carmen, adornando sus calles, convocando a las familias y entonando cantos con velas y flores para esperar su pase en procesión: “era muy conmovedor ver cómo los padres traían a sus niños a visitarla y les enseñaban a rezar el Ave María. Antes de la Pandemia, familias enteras participaban de la novena y cantaban en honor a la Virgen”, expresó.

 La Virgen del Carmen es Madre que escucha nuestras plegarias, acompaña, reconforta y alienta en las penas, en los triunfos y, muchísimas veces, cura nuestras enfermedades no sólo físicas sino también espirituales

La Priora del monasterio de la Virgen del Carmen explicó que, con el fin de hacer partícipes a los niños de la devoción a la Virgen del Carmen, en 1998 se instauró la hermandad de los niños, un espacio de encuentro y oración para las familias. Es así que, cada cuarto domingo de julio, la imagen pequeña de la Virgen recorría las calles de nuestra ciudad y era cargada por los niños. Por su parte, las niñas participaban como sahumadoras y cantoras.

La advocación de la Virgen del Carmen es entrañable no sólo por el regalo del Santo escapulario, sino porque es Madre en la adversidad, dispuesta a escucharnos y acogernos. En ella, sus fieles, encuentran refugio seguro para sus penas.

La madre Ana María nos señala que la Virgen está siempre bendiciéndonos, llevándonos a su Hijo que, en su advocación, tiene la figura de un niño pequeño: “la Virgen del Carmen nos cuida en sus brazos amorosos. El Santo escapulario lo llevamos como prenda de protección, porque sabemos que Dios no nos abandona, siempre está con nosotros y nos cuida en todo momento», afirmó.

Finalmente, la religiosa recordó que la Festividad de la Virgen del Carmen es una oportunidad para acercarnos a ella y sentirnos amados. «Acudamos a ella sin miedo. Seamos buenos, solidarios, ayudemos al necesitado. Cuando solamos al que está triste podemos encontrar a María y a su Hijo. Ellos jamás nos abandonarán».