Tras haber participado en el histórico cónclave que eligió al Papa León XIV, el Cardenal Carlos Castillo se dirige a la hermana diócesis de Chiclayo y a todo el pueblo peruano en un sentido mensaje que compartimos a continuación:
Queridos hermanos y hermanas de todo nuestro país, pero, especialmente, de la querida diócesis de Chiclayo:
Hoy día hemos tenido una jornada muy exigente, profunda y de oración entre todos los cardenales de la Iglesia. Nos encontrábamos ante el desafío del encuentro de un camino para que el nuevo Papa pudiera seguir las huellas imborrables del Santo Padre Francisco, que a todos en América Latina y en el mundo han estremecido de alegría y de esperanza.
Sé que ustedes hermanos que integran el querido pueblo de Chiclayo, del cual también mi familia es descendiente, la alegría que deben sentir en estos momentos por ese reconocimiento a una tradición religiosa de gran importancia que viene desde nuestros antepasados, pero que los agustinos y, sobre todo, Monseñor Prevost, logró promover dentro de la diócesis y dentro del pueblo chiclayano.
Quisiéramos, primero de todo, en nombre de todos los cardenales, agradecer las oraciones de todo el pueblo peruano y de todos los pueblos del mundo, porque se trataba de una decisión difícil de tomar que implicaba dejarnos inspirar por lo que el Señor nos manda en cada situación. No dependía de nosotros, sino de que, dejándonos inspirar por la misma fuerza que nos inspiró Francisco, tengamos alguien de su misma intuición, sensibilidad, habilidad y, sobre todo, también formada por Él.
El Papa Francisco tenía una gran sensibilidad para ver qué personas pueden ayudar para que aquel proyecto de fondo de una Iglesia renovada, en salida, capaz de hacer introducir en todos el diálogo, la compañía, la reflexión, la iniciativa y la capacidad de ser personas y sujetos activos, no solamente individualmente, sino comunitariamente como pueblos, pudiera permitir que la fuerza del Señor en la historia se siga manifestando y siga contribuyendo a la mejora de nuestros pueblos.
Quiero decirles que esta experiencia del cónclave ha sido una enorme satisfacción espiritual. Además de eso, se trata de un peruano nuestro que se ha «achiclayanizado»-Quiero decirles que esa experiencia de silencio, de oración, ese clima de canto espiritual que hemos tenido durante estos cuatro días es incomparable, porque nos presenta siempre las sorpresas de Dios.
El papado del cardenal Prevost es muy importante porque retoma a León XIII, el gran autor de la Encíclica Rerum novarum, en donde la Iglesia empezó el camino de las encíclicas sociales que permitió promover a todos los pueblos del mundo para tener conciencia y ayudarse mutuamente para superarlas, sobre todo, las limitaciones tanto del comunismo como del capitalismo. De tal manera que estemos en una línea verdaderamente humanizadora y que ahora, entonces, gracias a la elección de León XIV, todos podamos volver al sentido profundamente espiritual y social de nuestra fe.
Y los bendigo desde aquí, desde Roma, en el nombre del Padre, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
