En la Eucaristía de este domingo VI de Pascua, celebrado en Catedral de Lima, el Cardenal Carlos Castillo exhortó a vivir un cristianismo pensante capaz de sentir, meditar y discernir la Palabra del Señor en las situaciones diarias, como lo hizo nuestro querido Papa León XIV en su paso por el Perú, siempre interpelado por la realidad y dispuesto a anunciar el Evangelio en el corazón de los pobres.
El arzobispo de Lima trajo al Perú la carpeta roja con el escudo «Sede Vacante» usada para registrar las votaciones que eligieron al Santo Padre. También anunció que la conservará temporalmente en el altar de Santo Toribio de la Catedral de Lima, antes de enviarla a la diócesis hermana de Chiclayo.
Después de haber participado en el cónclave que eligió al Papa León XIV, el Cardenal Castillo ha querido recordar que «el Espíritu Santo nos lleva por caminos inéditos», por lo que todos debemos estar dispuestos a dejarnos llevar por Él. La vida de Robert Prevost, en ese sentido, es un reflejo de lo que debe ser la Iglesia: siempre cercana con los que más sufren, como lo fue en su vida misionera en Chulucanas, en Trujillo y en la querida diócesis de Chiclayo.
En su alocución al Evangelio de hoy (Juan 14, 23-29), el arzobispo de Lima reflexionó sobre el significado detrás de las palabras de Jesús a sus discípulos: «El que me ama guardará mi palabra«. Se trata de un llamado del Señor a sentir, meditar y discernir su Palabra en el corazón de las situaciones, viviendo un cristianismo pensante y consciente de la realidad de las cosas. No hacerlo – advirtió el Prelado – nos vuelve en «cristianos en serie que repiten las cosas».
Por lo tanto, tenemos que superar aquellas imágenes de Dios que construimos y nos alejan del sentido de amor y gratuidad. Y recordó que en Dios no has castigo ni temor, solo amor: «El Señor no hace daño porque hemos sido creados para Él. La vida cristiana es un constante ir depurándonos de las cosas que no son Dios, ir profundizando de tal manera que nuestras imágenes religiosas, por más sinceras que sean, al ser imperfectas, no alcanzan a la maravilla de la revelación de que Dios está con nosotros», sostuvo.
El Papa León XIV nos ha recordado hoy que Dios está siempre con el ser humano y no se retracta, lo acompaña siempre, lo perfecciona, lo ayuda, y lo lleva por sus caminos.
Monseñor Castillo reiteró que ser cristiano es «dejarse amar para poder amar». Sin embargo, a veces corremos el riesgo de reducir todo a una serie de normas y ritos que nos impiden ver más allá de las formas, sin ir al fondo de lo que realmente ocurre. El Prelado criticó el modo en que, como sociedad, nos hemos habituado a educarnos en la fe: «Se nos han pegado costumbres que no son el amor de Dios. Siempre, en el amor, se enseña las cosas con paciencia, con inteligencia, con la palabra adecuada, con el diálogo. La Iglesia dice “nosotros y el Espíritu Santo hemos decidido”, porque las cosas se arreglan conversando», apuntó.
Vivir el tiempo del amor en medio de la crisis humana
El Cardenal Castillo ha dedicado unas emotivas palabras en gratitud y cariño al Papa León XIV, quien ha manifestado que «este es el tiempo del amor». Ante ello, el arzobispo de Lima señaló que, a pesar de todas las desgracias que ocurren en el mundo, como el maltrato a los migrantes, las guerras y los asesinatos por extorsión, todavía es posible que prevalezca el amor porque «los seres humanos estamos hechos para amarnos, tenemos los ojos para mirar y para apreciar, no para odiar. Cuando uno abre los ojos sabe que el Otro existe y contempla su verdad y su amor».
La Iglesia tiene la misión de recordar nuestra humanidad desde la fe cristiana. Y, para eso, nos ha venido un Papa que tiene la «chispa peruana» para anunciar con alegría toda la esperanza que el mundo necesita, recogiendo las iniciativas interesantes de la gente.
El Primado del Perú aseguró que el ministerio petrino de León XIV está marcado por el camino sinodal e irreversible que recibimos como legado de Francisco: «No nos vamos a echar para atrás, vamos a seguir adelante en este camino. No tengamos miedo porque el Espíritu Santo nos acompaña y nos saca de las situaciones más difíciles», acotó.
Carpeta de Cónclave: un regalo para el Perú y Chiclayo
Sobre la experiencia vivida durante los días de cónclave, el Cardenal Castillo afirmó que «prevaleció la voluntad de obedecer al Espíritu Santo. Para eso, había que rezar y ponerse de acuerdo en el perfil del Papa que necesitamos. Y la única manera de responder a eso es preguntarle al Señor».


El arzobispo de Lima anunció que trajo desde Roma la carpeta con el símbolo de «Sede Vacante» que los cardenales utilizaron en el cónclave para emitir sus votos: «Esta reliquia, que nos recuerda que tenemos un Papa peruano, la he traído para que esté presente en el altar de Santo Toribio, nuestro santo peruano que refundó la diócesis de Lima y murió en el pueblo de Zaña, en Chiclayo. Queremos entregarlo también, con total generosidad, a la diócesis de Chiclayo para devolverles todo el amor y la alegría que nos han dado», comentó el Prelado.